Capítulo 13.

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H O P E.

El verano había acabado y por consecuente la universidad abría sus puertas nuevamente, mis ánimos seguían como hace una semana, por los suelos, lo único que había cambiado era que ya no tenía esa molesta bota-yeso, pero mi rutina se mantenía, levantarme, comer, ir al taller a componer y tocar un rato, volver a mi habitación mirar el techo, la televisión o el móvil esperando un mensaje que nunca llegó.

Componer no se me había hecho difícil desde Liam, ahora tampoco lo era, pero mis canciones, tenía que admitir, eran verdaderamente deprimentes por culpa de ese chico castaño y por el hecho de que me dolía pensar en algo que nunca se dio y que yo anhelaba con fuerza.

―En serio, detesto haber escogido arquitectura, es jodidamente difícil, tendré que dejar a Kimi por el café ―recibió un golpe en el brazo por su comentario ―Amor, sabes que solo bromeo, ni el café me calienta tanto como tú ―le guiñó un ojo y Kim volteó los ojos riendo ―Hablando en serio he estado pensando en cambiarme a veterinaria ―dijo pensativo

―Siempre te ha gustado cuidar de los animales ―alegué ―Es una buena idea cambiar de carrera si no te sientes cómodo con esta ―me encogí de hombros, Kim sintió

―Recuerdo esa vez que trajiste una rata a nuestro departamento, porque según tú te estaba "haciendo ojitos" ―volteó los ojos riendo y Ron suspiró

―No era una rata, era un animalito indefenso ―defendió ―Y estaba muy sucio, ni siquiera sé cómo sobrevivió en la calle él solito ―hizo un puchero

―Ron era una rata y esa rata durmió en nuestro sofá ―el rubio alzó el mentón con los ojos entrecerrados, hice una mueca

―Tú no entiendes cómo me miró.

―¡Era una rata!

―¡Era una linda rata! ―reí ante la pelea que estaban llevando la pareja de rubios ―Al menos fue feliz antes de escapar por la escalera de incendios ―dijo con nostalgia, mi prima suspiró volteando los ojos con cansancio y me miró

―Ahora tú, debes contarnos todo, primita mía ―dijo la rubia pinchándome el brazo con su dedo

―¿Contarles qué? ―pregunté mientras caminábamos por el pasillo abarrotado de universitarios que se movían con rapidez

―Pinky Pie, desde que fuiste a hablar con el futuro padre de tus hijos has estado... ¿Cómo decirlo?, como una vieja recién divorciada con miles de gatos ―suspiré negando

―Resumiendo, no me quiere en su vida a pesar de que le gusto ―me encogí de hombros

―Pero eso no tiene ningún tipo de sentido, si se gustan deberían estar juntos, ¿no? ―argumentó mi prima

―No siempre sucede así Kim ―explicó el rubio ―A veces las personas complicamos las cosas simples de la vida.

―Según él fui su momento favorito ―sonreí con tristeza mientras entrábamos al aula de Historia Universal, una de esas asignaturas globales para rellenar el horario de los alumnos

―Y una mierda, mi prima no es el "momento" de nadie ―espetó e hizo una pausa mientras tomábamos asiento, ella junto a Ronny y yo en la fila de al lado sola ―...Lo voy a castrar, raparé su cabello y le sacaré los ojos, dame su dirección ―exigió molesta y fruncí el ceño antes de echarme a reír

―Bombón, no vas a castrar a nadie, al único que le verás su sensual cuerpo desnudo es a mí ―dijo acariciando los brazos de su novia con cariño mientras la rubia reía y negaba con la cabeza ―Y tú, preciosa Pinky pie, olvídate de él, porque créeme cuando te digo que se está perdiendo todo un manjar exquisito ―el rubio me guiñó un ojo

Mi única razón para vivir {R. #1}✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora