Capítulo 26

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Narra Sydney:

Ganamos el juego. Los chicos cayeron rendidos al suelo. Ángela levanta a Harry del suelo y le abraza. Nos dirigimos hacia el coche y decidí conducir, ya que Mike cayó rendido en el coche.

Mike: joder... estoy cansado.

Niall: necesito dormiir.

Irene: no aceptáis la derrota, ¿verdad?

Harry: ha sido el juego más cansado al que he jugado en toda mi existencia.

Louis: ¿cuánto queda para llegar?

Ángela: queda poco.

Irene: os vamos a tener que llevar en brazos.

Harry: que nos lleve Ángela. Ella tiene el poder de la telequinesis.

Louis y Niall: a dormiir.

Y en 3...2...1 los bichitos duermen tranquilamente y empezamos a hablar del día de hoy. Ojalá fueran así todos los días, hoy no sé nada de Edward, de lo que me siento bastante orgullosa. Entramos en el bosque y cogimos el camino que llevaba a nuestra casa.

Narra Ángela:

Esto ha resultado muy agotador. Me levanto del asiento y mis ojos cambiam a rojos. Llevo a Mike, a Luke y a Louis, fui andando y los eché a los colchones, volví al coche y cogí a Harry, Ash y Zayn... me ha resultado raro que Niall se haya levantado para tirarse al colchón. Le quité a Harry la camisa y todos nos fuimos a dormir.

Al día siguiente...

Me dolía la garganta. Me puse las botas y salí a cazar pero algo me paró.

Irene y Sydney: ¿dónde vas?

Ángela: a cazar... tengo hambre.

Irene: te acompañamos .

Las sonrío y empezamos a correr. Se sentía tan bien correr por la mañana... pasaron horas y decidimos bañarnos en la cascada y tirarnos por el precipicio. Era divertido. Al cabo de horas ví a Calum viniendo hacia nosotras y nos saluda con la mano.

Calum: ¿cómo estáis?

Irene: muy bien.

Ángela: ¿y tu Cal? ¿Cómo te va la vida?

Calum: la verdad es que me he echado novia...

Nos miramos entre las tres pícaramente, ya que él se está poniendo más rojo que la sangre.

Sydney: ¡¡¡ooooh!!! Que monoo.

Ángela: ¿y cómo se llama?

Calum: ya la conoceréis.

Irene: ¡¡¡uuuhh!!! Cal... ¡¡¡estás rojo!!!

De repente algo nos interrumpe. Son cinco vampiros rodeándonos. Eran de constitución fuerte, ojos rojos y pelo castaño. En el torso parece que llevaban un escudo de algo, pero no logro diferenciarlo bien.

Xx: ¿qué hacen unas vampiras tan guapas con un chucho sarnoso como este?

Ángela: ¿quién eres?

Xx2: somos de la corte real de los vampiros.

Xx3: tus padres te buscan.

Ángela: ¿qué? ¿dónde están?

Xx4: en casa.

Irene: iremos contigo.

Sydney e Irene dan una paso firme pero uno de los vampiros las para.

Ángela: ellas vienen conmigo.

Los vampiros asienten y las tres estamos con cinco tipos desconocidos yendo a quién sabe dónde. Entramos en un coche y emprendimos el viaje. Nos damos cuenta de que hemos dejado a Calum más confuso que nunca, pero después de saber qué es esto se lo contaremos todo. Pasaron tres horas y llegamos a un castillo bastante viejo. Entramos dentro y había varios vampiros distintos rodeándonos.

Xx: vaya, vaya ¿tenemos visita?

Ángela: ¿dónde está mi madre?

Xx: seguidme.

Una chica nos dirigió hacia un pasillo bastante amplio, e Irene, Sydney y yo empezamos a hablar en susurros.

Irene: ¿es humana?

Sydney: parece que sí...

Irene: ¿quiere convertirse?

Sydney: eso parece, ella quiere ser el plato principal.

Ángela: o a lo mejor el postre...

Sonrío maliciosamente mirando al frente.

Las dos chicas se quedan calladas y miran en mi dirección. Se abre una de las grandes puertas y analizo la sala con la mirada. Observo y veo a una mujer de pelo largo y de tono castaño. Ella tendría que ser mi madre. Tiene los mismos rasgos que Bella y yo.

Ángela: ¿Mamá?

Mamá: es imposible... ¡Ángela, hija!

Viene corriendo y me abraza.

Mamá: ¿cómo estás?

Ángela: estoy bien. ¿Está todo bien por aquí?

Mi madre agacha la cabeza y suspira.

Ángela: ¿qué ha pasado mamá?

Mamá: estamos en guerra, los demonios quieren encontrarte y acabar con nuestra existencia. Quieren atacarte donde más te duele hija.

Me quedo blanca y mis ojos se abren como platos.

Ángela: mamá... si ellos saben todo de mí como tú has dicho... ¿saben quién es la única persona a la que amo?

Mamá: sí hija mía.

Ángela: No puede ser...

Miro a las chicas y ellas saben a qué persona me refiero. Tengo que volver y saber que él está bien. No pueden haber llegado ya a por él.

Ángela: mamá tengo que irme.

Mamá: ¿qué está pasando?

Los nervios se empiezan a apoderar de mí y me juegan una mala pasada, cayendo lágrimas traicioneras por mis mejillas.

Ángela: mamá tengo que volver a casa.

Esto no puede ser. Los demonios saben de mi existencia y me han estado vigilando desde el día en que nací. Las chicas corren detrás de mí.

Irene: ¿Ángela, qué pasa?

Ángela: han ido a por Harry.

Espero que estén bien. No creo que se los hayan llevado. No quiero asustarme. Sé que está bien y me está esperando. Él es bastante fuerte como para cuidarse a si mismo y a mi también, y no me puede fallar, no esta vez.

Kiss MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora