Capitulo 32

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Narra Harry:

Me encanta ver a Sydney tan felíz como se encuentra ahora. Ella está sentada en la banqueta blanca del piano mientras toca una pieza preciosa. Nosotros estamos sentados en los sillones escuchando el dulce sonido del piano. Miro a Ángela y la noto tranquila, felíz y cercana a mí. Su respiración es pausada y constante. La saco de sus pensamientos cuando la acerco a mi torso y empiezo a susurrarle al oído.

Harry: ¿Qué te pasa?

Ángela: nada cariño, estoy bien.

Me sonríe y la beso en la mejilla.

Harry: ¿qué estabas pensando?

Ángela: nada, no es nada.

Harry: algo te preocupa, ¿verdad?

Ángela: sí, me preocupa todo esto. No quiero otra trajedia más en nuestras vidas. Creo que ya nos toca vivir un poco en paz.

Harry: lo sé. Mientras estemos peleando te prometo que te voy a mantener con vida. Cueste lo que cueste.

Ángela: me quieren a mí.

Harry: por eso mismo, pero no te tendrán, porque eres sólo mía.

(....)

Narra Sydney:

Estaba realmente embobada y hundida en mis pensamientos, hasta que Edward me saca del trance. Le miro y estaba un poco más serio de lo normal.

Edward: ¿podemos hablar?

Sydney: claro.

Me levanto y nos dirigimos hacia el jardín de la casa nueva, que era todavía más amplio que el de la anterior.

Sydney: ahora dí lo que me tengas que decir.

Edward: ya te lo he dicho. No quiero volver a engancharme a ti otra vez

Sydney: ¿dime por qué? Y si es así, ¿por qué te empeñas en seguir hablándome de este tema? Si no quisieras estar conmigo dejarías de dirigirme la palabra directamente.

Edward: me resultó muy duro todo lo que pasó después de que desaparecieras.

Sydney: tú eras un pegamento en mi vida. Tu tenías que estar cerca de mí o si no yo no me podía valer por mí misma. Tú me derrumbaste la vida. Y no creo que tú estuvieras muy afectado, sinceramente. Tú fuiste el que lo arruinó todo y a propósito, y en tanto tiempo tampoco te he visto hacer nada para intentar remediarlo.

Edward: ¿Te crees que a mí no me jodió? La cosa se me iba de las manos. Pero cuando me quise dar cuenta ya era tarde, te lo tenía que contar o él lo haría. Seguro que Liam te habrá contado muchas cosas sobre la apuesta.

Ya estamos abriendo el cajón de mierda.

Sydney: sabes que me jode que hables de la puta apuesta en mi cara, ¿verdad?

Edward: ya lo sé, pero por favor, hablemos tranquilamente.

Sydney: ...vale... dí lo que tengas que decir ya.

Edward: pues eso... que lo pasé bastante mal con esto. No pensé que me enamoraría de ti. Esa parte no entraba en el plan, y haría que la apuesta me resultara más difícil. Lo malo sabes que fue que cuando me quise dar cuenta de mis verdaderos sentimientos por ti, ya era tarde, y todo estaba hecho, no había marcha atrás.

Sydney: Edward, yo sólo buscaba a alguien que me quisiera de verdad, pero sabes que desde que me escapé dejé de creer completamente en el amor, ¡por tu puta culpa Edward! La vida me costó mucho más desde que te conocí. ¡¿ES QUE NO LO ENTIENDES?! ¿Crees que a mí no se me hizo duro escaparme de mi casa? Joder Edward no sabía nada de ti desde hace 6 años. ¡Te lo juro lo pasé peor que tú! ¿Cómo una recién convertida vampira, con el corazón roto en mil pedazos, que se escapa de su casa sin despedirse de sus seres queridos porque se considera una amenaza en esta nueva forma en la que me convertiste, cómo crees que puede sobrevivir o estar bien?

Edward: Mira Sydney... Te quería proponer una cosa y zanjar este tema ya de una vez por todas.

Sydney: ¿el qué?

Edward: podemos...quedar...como...

Sydney: ¿como qué?

Edward: ¿amigos?

Me quedo pensando. ¿Como sería ser la "amiga" de Edward? No tiene buena pinta. Sé cómo es y este tema no va a quedar zanjado. Sé que esto no queda así y no va a parar hasta que vuelva a caer otra vez a sus pies. Me giro e intento irme, pero resulta realmente inútil, ya que me agarra del brazo, frenándome. En ese momento me acuerdo de tantas veces en las que había hecho eso, para evitar que me fuera. Siempre que peleábamos o algo y yo me iba el me frenaba así, decía que era algo demasiado importante como para escaparme, y que el siempre me iba a detener para que permaneciera a su lado. Claro que entonces eran otros tiempos, y después de lo que pasó, de quitarme la virginidad transformándome en vampiro, yo dejé de creerme todo lo que alguna vez dijo. Pero aquí estamos de nuevo, él sujétandome para que no me vaya.

Edward: 2 minutos más, por favor te lo pido Sydney.

Freno, le miro y asiento.

Sydney: a ver, dime lo que quieres.

Edward: ¿qué pasaría si fuésemos padres?

Sydney: esto es para flipar, en serio ¡¿POR QUÉ COÑO PIENSAS ESO?! ¿NO TE DAS CUENTA DE TODO LO QUE ME HAS HECHO? ¿TÚ?¿SER EL PADRE DE MIS HIJOS?¿TÚ ESTÁS DROGADO O QUÉ?

Irene: Sydney

Ángela: ¿estás bien?

Sydney: no.

Edward: Sydney por favor.

Sydney: a la puta mierda, yo me voy.

Edward: ¿y lo de la amistad? Lo siento, me he pasado con ese comentario, pero no sabía qué decirte para que te quedaras a escucharme, madre mía si es que más torpe y no nazco... ¡Pero dime algo! ¡No te puedes ir y dejarme así como si no hubiéramos hablado nada!

Le ignoro y sigo mi camino hasta la puerta de casa.

Edward: ¡Sydney!¡RESPONDE!

Lo dice con impotencia pero no me asusta para nada. Estoy ya bastante acostumbrada a sus gritos, pero no le tengo miedo y nunca lo he tenido. No creo que pudiéramos ser amigos... Nunca es buena una amistad después de haber tenido una relación, y mucho menos cuando ha sido una relación tan intensa y destructiva como fue la nuestra. Decido no responderle, me tomaré un tiempo, y sigo andando con las dos chicas. Sé que no es capaz de tirarse encima de mí para que yo le conteste. A solas es diferente a cuando hay más gente, se comporta cordial y me trata como a una persona más, como a alguien normal. Prácticamente como si fuera invisible, ya que me dirige la palabra sólo en lo que sea necesario, pero aún así, yo sé que me mira todo el tiempo. Lo noto, sus ojos sobre mí continuamente. Cuando nuestras miradas se cruzan siempre aguantamos un poco, pero termino por quitar la mirada, ya que siento como si sus ojos en los míos quemaran, y es un fuego demasiado intenso que me revuelve por dentro. Nunca me he sentido así al mirar a nadie a los ojos directamente. No sé lo que es, pero sinceramente, me encanta, y sólo lo tiene él.

Holaaaa!! Me gustaría que votárais más, dad vuestra opinión y comentad qué os parece la novela, lo que os gusta y lo que no. En multimedia tenéis las miradas de muestros queridos Ed y Sydney. Gracias por leer!!! :)

Kiss MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora