Narra Irene:
Estábamos esperando a Edward, Sydney y Ángela. Estaba realmente preocupada. No sé ni qué hacer. No sé ni cómo voy a proteger a Ash de todo esto, y en la batalla final tengo que mantenerle vivo, a él y a las chicas. No estoy acostumbrada a ver esto todos los días. No puedo con esto. Me está consumiendo la existencia. Quiero volver a casa y tener una vida normal. Vivir tranquilos, echo de menos los días en los que nosotras estábamos sentadas y abrazadas a nuestros chicos. Quiero que todos estemos bien y no quiero ver a nadie de nosotros muerto. La madre de Ángela dice que deberíamos entretenernos con algo, salir un poco de todo esto y desconectar. En ese momento Ash me mira pícaramente. Esa mirada la conozco. Empieza a correr y nosotros vamos detras de él. Entra en una habitación y observo que hay una batería y varias guitarras. Suena la batería de Ash, cojo el bajo y empiezo a seguir su ritmo. Miro a Ángela y está recibiendo instrucciones de Luke, que le explica cómo situarse. Ella se dirige hacia la guitarra rítmica y se la coloca sobre los hombros. Nos acompaña a nosotros y empezamos a crear una buena melodía.
Zayn: es buena.
Harry: impresionante.
Madre de Ángela: ¿qué hacíais?
Irene: nada interesante la verdad.
Ángela: ¿querías algo mamá?
Madre de Ángela: ¡ah sí! Chicas, tenéis visita. Huele una poco a chucho...
A Ángela se le ilumina la cara. Ella sabía quién había venido. Calum está aquí. Salimos las dos corriendo a buscarle. No podíamos correr a velocidad vampiro, así que íbamos un poco lentas para nuestro gusto...
Narra Ángela:
A Irene se le ilumina la mirada al ver el dulce rostro de Cal. Sale corriendo hacia él y salta a sus brazos. Nosotras dos andamos muy rápido hacia él. Hay que admitir que los amigos que le rodeaban estaban muy buenos... Se llamaban Paul y Sam, y no les había visto nunca antes. Eran muy jóvenes y tenían el mismo tatuaje que el que tenía Cal en el brazo, del indio. Les saludamos y nos proponen salir a correr un rato por el bosque. Nosotras aceptamos y nos cambiamos de ropa, poniéndonos unos leggins, deportivas y una camiseta para estar cómodas. Me despedí de los chicos, a quienes no les hacía mucha gracia la idea de que saliéramos con esos amigos de Cal, y salimos al bosque. Por fin respiro aire fresco y sin darme cuenta me empiezo a reír. Empecé a pensar y comencé a correr hacia nuestra antigua casa. Ahora nos estábamos quedando en la nueva casa de mi madre, ya que su castillo también había sido destruido por los demonios. Las chicas corrían detras de mí, acompañadas de los tres lobos. 10 minutos después llegamos a las ruinas de aquella casa que nos traía tantos recuerdos. Mis ojos cambian a rojos y empiezo a examinar las ruinas. Subo las escaleras quemadas y abro la puerta chirriante. Sydney e Irene me siguen y nos dividimos. Empezamos a mirar el salón. Sydney clava su mirada en los restos del piano que tanto amaba, con el que tanto se había desahogado en sus malos momentos, que la había hecho desconectar y olvidarse de todo por unos momentos, yo sigo el pasillo y entro en una de las habitaciones. Era la mía y la de Harry. Veo la cama y las sábanas están quemadas. Miro hacia la luz y estaba el famoso balcón. Ese sitio fue bastante importante para mí y para él por todos los recuerdos. Se me vienen las imágenes de aquel día en el que yo me encontraba con el edredón enrollado en mi cuerpo. Actualmente... no tengo intimidad con él desde que empezó todo esta gran movida. Vuelvo adentro y me encuentro con Irene.
Ángela: ¿estás bien?
Irene asiente, pero en realidad no lo estaba, se lo notaba por la forma en la que sus ojos se tornaban dorados.
Irene: qué recuerdos... ¿verdad?
Ángela: lo sé... ojalá no hubiera pasado todo esto.
Irene: yo he sido muy feliz aquí, aunque sólo fuera por un tiempo, pero para mi ha sido toda una eternidad...
Bajamos las escaleras despacio y nos encontramos a Sydney. Había un gran silencio incómodo hasta que alguien me llama.
Bella: ¿Ángela? ¿Qué ha pasado aquí?
Ángela: es dificil de asumirlo, te lo contaré más tarde, desde que te fuiste a casa de los tíos no te había informado de nada...
Bella: estoy muy perdida.
Salimos fuera donde estaban los lobos. Calum se acerca a mí y le sonrío. Me roza la barbilla con un dedo y le abrazo fuertemente. Sydney estaba realmente triste por haber visto aquel desastre que se había formado. Me siento realmente culpable. No tenían que haber hecho eso. Que me cojan a mí, pero no quiero que les hagan nada. Se está haciendo muy tarde, y Cal nos ofrece quedarnos en su casa.
(...)
Amaneció y desperté a Bella y a las chicas. Cal y sus amigos nos acompañaron hasta el refugio. Harry, Ash y Zayn vienen corriendo hacia nosotras. Harry me abraza y Bella le sonríe. Mi madre aparece al lado de Louis, y a Bella le cambia la cara al verla.
Bella: ¿Mamá?
Mamá: hija...
Bella empieza a llorar y la abraza.
Bella: te he echado de menos.
Mamá: lo siento por todo.
Bella: no pasa nada, me vengo a vivir contigo.
Mi madre sonríe y se abrazan. Al día siguiente acompañé a Bella a comprarse ropa y ya de paso yo me compré algo fresquito, ya que estaba llegando el verano. Hemos encontrado una casa perfecta para poder instalarnos de nuevo, y así dejar a mi madre y a mi hermana un poco de intimidad en su casa, no queremos ser un agobio, ya que somos muchos y soy consciente de que tanto adolescente en una misma casa no se aguanta muy bien...
Realizamos la mudanza pronto y sin esfuerzo, ya que no teníamos prácticamente nada que llevarnos a parte de la ropa que conseguimos salvar del incendio. La casa venía amueblada, y tenía una gran cocina y un amplio salón con una gran cristalera que tenía vistas al bosque. Era muy acogedora y moderna. Las habitaciones las repartimos por parejas: Harry y yo en una, que tenía un balcón muy parecido al anterior la verdad, en la contigua a la nuestra estaban Ash e Irene, después Luke y Niall en otra, mientras que Mikey y Zayn decidieron compartir, ya que en gustos musicales se parecían mucho y querían compartir posters. Y ya que conocemos la complicada personalidad de Sydney, preferimos no agobiarla, ya que estaba muy bien con nosotros y parecía interesarse por conocernos y se abría poco a poco, creando muy buen ambiente, así que decidimos no presionar la situación y ella se quedó con una habitación individual, que tenía una enrome cama de matrimonio en el centro, un amplio escritorio y una gigante estantería con libros, ya que amaba la lectura. Su habitación era su refugio, ya que cuando se estresaba o se sentía mal, se encerraba en ella y ahí tenía todo lo que pudiera necesitar, encerrándose en la lectura, o contemplando las geniales vistas que daban al bosque en ambas casas, cosa que habíamos buscado a propósito. Sólo la faltaba una parte de su alma, el piano.
Una tarde decidimos entre todos que queríamos demostrarla que ella nos importaba de verdad, y que queríamos que siguiera dejándose conocer e integrándose con nosotros, así que cuando llegó de comprar unas últimas cosas que faltaban de decoración para la casa que la habíamos encargado, abrió la puerta de su habitación y encontró un piano de cola blanco situado al lado de la gran pared de cristal. Cuando lo vió no pudo evitar suprimir las lágrimas de emoción que se acumularon en sus ojos. La oímos gritar desde el salón, ya que estábamos todos allí abajo esperando su reacción, y bajó escaleras abajo gritando y nos hizo un abrazo-placaje a todos, que caímos en la moqueta blanca del salón. Nos dió las gracias repetidamente y nos dijo que en realidad significábamos mucho para ella, y que por primera vez se sentía dentro de una familia, y que eso la encantaba. Por primera vez esta se podía ver como una chica que deslumbraba con su sonrisa, radiante, feliz, hermosa y llena de vida. Esta debía ser la Sydney de la que Zayn nos habló tantas veces, y que poco a poco, iba a terminar de salir al completo.
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Kiss Me
FanfictionLa vida de Ángela e Irene se ve cambiada por completo cuando las transforman en vampiros. Lo que ellas no sabían era que pasarían a formar parte de las vidas de unos chicos maravillosos y llenos de sorpresas. También conocerán a Sydney, una chica mi...