Shuumatsu no Valkyrie - New Era

Capítulo 10 - Morir solo

Bien, con este capítulo acaba la segunda pelea :3

Por cierto, conseguí el tipo de fuente de letra que usan en shuumatsu y lo apliqué a mis cuadraditos de información  ^^

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Aún con la mano en su vientre, donde estuvo su herida hace escasos segundos y quedaba el dolor del aire en su interior, Asclepio observaba al anciano a unos metros de él, que se pasaba la mano por la herida de su cabeza, sujetando con la otra su falcata manchada de su sangre. Fue entonces cuando entre su ira y su dolor se percató de... lo débil que era el cuerpo del humano.

No era un cuerpo esculpido como el de Sasaki, pues él siguió entrenando en su mejor momento al morir, perfeccionándose. Aníbal dejó la batalla entrado en su cuarentena, y a partir de ahí, su ejercicio fue menor. Se percató de que un cuerpo sin defensa era muy vulnerable a todos los golpes que él propinase, pensando en encontrar su victoria en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Aníbal, sin embargo, seguía pareciendo sereno y calmado, pero su mente no paraba de trabajar y de buscar el mejor momento para seguir llevando a cabo su plan. En su mano notaba temblar su falcata, no por su mano y su edad, sino los temblores de su arma, notando que se encontraba mal. Aunque fuera ahora un arma y el veneno de si interior no avanzase, seguía ahí, provocando calor y dolor a la valkiria, que aguantaba con fuerza en su forma de volund. Aníbal acariciaba el mango de esta suavemente, buscándole dar algún alivio. Había visto a la valkiria anterior morir antes que a su Einherjer, y de alguna forma se le partió el corazón. Las valkirias le parecían realmente valientes.

 - ¡Con un resumen hasta ahora, Aníbal transformó a su Volund en una falcata con la que hirió de muerte a Asclepio en su vientre! - comunicaba Heimdal, ahora más cerca de ellos cuando desapareció el elefante - ¡Sin embargo, todos sabemos hasta que punto llega la medicina y la curación de Asclepio, y se ha curado rápidamente, pero el humano encontró una forma de seguir causándole dolor! ¿Qué harán ahora ambos rivales para seguir esta batalla a muerte?

Aníbal, cerca de Asclepio, dio una sonrisa, apretando el mango en su mano, apoyando a la valkiria.

 - No creo que seas alguien que pelea por gusto, dios Asclepio - le contó, sin dejar de mirarle.

 - Mis motivos no te incumben. Estoy aquí por voluntad propia.

 - Si quieres te cuento los míos - dijo despreocupado, señalando con el pulgar tras él - ¿Ves a esa hermosa mujer con su hijo? Es mi familia.

Asclepio alzó una ceja, mirando un poco tras él, solo por curiosidad, sin bajar la guardia. Ciertamente, Himilce y su hijo estaban ahí, viendo la pelea, mientras ella tenía las manos tendidas al frente pero apegadas al cuerpo, murmurando en voz baja algo similar a una súplica.

 - Yo estoy aquí peleando, aunque estaría más cómodo pasando la eternidad con mi familia, tranquilamente, ahora que todos nosotros estamos muertos.

 - ¿Y por qué te arriesgas a pelear contra mí y nunca más estar con ellos? - preguntó el dios.

 - Porque sólo estuve un día con mi esposa después de casarnos y nunca conocí a mi hijo en vida - le contó - Así que quiero que la humanidad siga viviendo mil eternos años más y que miles y miles de familias tengan la oportunidad de estar juntas mientras vivan, ya tendrán tiempo de estar muertos... pero no es lo mismo. Tú que te encargas de permitirles vivir más, tal vez me puedas comprender.

Flashback

En una cárcel fría, con paredes de piedra, a miles de kilómetros de donde él nació, Aníbal estaba sentado, en el invierno de su vida, mientras se frotaba los brazos con la mirada baja. Ya capturado en la actual zona de Siria, tras seguir su vida tras perder su última batalla devastadora hace años, el cartaginés acariciaba un anillo en su mano izquierda, levantando la mirada hacia la puerta. No se escuchaba siquiera a los guardias tras ella.