Shuumatsu no Valkyrie - New Era

Capítulo 29 - Hijo del Diablo

De la misma forma que el pequeño Vlad rompió el espejo, desgarró las ropas que le habían dado para su estadía allí, recuperando su vieja ropa blanca y sucia de un cesto que iba a ser desechada, poniéndosela de nuevo. No estaba dispuesto a aceptar esa ropa tan rara, de una cultura diferente a la suya y que le haga representar algo que no se consideraba. Prefería su ropa de vendido.

Una mucama que entró a su habitación encontró su cara ropa destrozada, y por más que lo intentó, no consiguió que el chico se quitara esa ropa vieja que se había colocado otra vez. Incluso le daba miedo mirarle a la cara por su expresión ciega de un enfado silencioso, manteniendo su boca cerrada ante todos y hablando con ojos. Ante su estado que perduró días, el sultán no sabía que hacer, y tuvo la idea de dejar que su hermano pequeño Radu intentara hablar con su hermano.

Un día en la mañana, el niño de ocho años entró en los aposentos de su hermano, buscándolo y llamándolo. Vlad no respondió, pues estaba en el balcón observando el patio donde estaban unos soldados jóvenes entrenando. No sabía qué órdenes daba el que estaba a cargo por ser otro idioma, pero Vlad miraba atento y traducía en base a lo que hacían los soldados. El pequeño se puso a su lado, mirando al patio y luego a él.

 - Hermano mayor... - le llamó en voz baja.

Vlad no contestó. Tenía ojeras y el rostro blanco, pues las bandejas con comida que le llevaban, ni siquiera las miraba. Su hermano tomó su mano despacio.

 - Estamos preocupados por ti... no hablas y no comes...

Él mantenía el silencio, mirando a los soldados. Finalmente cerró los ojos.

 - Lo odio - murmuró en voz baja.

 - ¿Al sultán? - preguntó el niño - Es bueno, nos trata bien...

 - No. A Vlad II Dracul - miró a su hermano pequeño - Le odio a él.

 - Pero ese es el nombre de padre... - el niño parpadeó confuso - Él sólo quiere lo mejor...

 - Él nos vendió por menos de lo que se vende a un prisionero, Radu - Vlad se apartó del balcón, entrando - Nos vendió por confianza. Eso no vale nada.

 - El sultán dice que la confianza mutua es uno de los valores más bonitos que...

 - El sultán, el sultán, el sultán... - Vlad le miró, algo decepcionado - Radu, sólo sabes hablar de él...

El niño miró al suelo, sin saber que contestar, arrugando la túnica turca entre sus manos. Vlad le miró fijamente, terminando por suspirar y acercarse, poniendo una mano en su cabeza.

 - Ha sido mi culpa... - le dijo - Me he ofuscado y encerrado en mí mismo por el odio. Necesitabas a tu hermano mayor, ¿cierto? Perdona... ya estoy aquí.

Radu dio una pequeña sonrisa, acercándose a la mano de su hermano. Era realmente parecido a él físicamente, pero su cabello era corto y arreglado, pues ya lo habían cortado. Vlad no podía ser egoísta en ese momento, Radu necesitaba a su hermano mayor... aunque Vlad ya no tuviera al suyo ni a su padre. Ya debía comportarse como un adulto.

 - ¿Eso significa que vas a comer? - le preguntó su hermano - Te ves mal...

 - Comeré, Radu. Pero no me voy a poner esa ropa.

 - ¿Y vas a estudiar? - él le miró con brillo en los ojos - Va a venir un profesor para nosotros. ¡Y otro que nos enseñe a combatir!

 - Tal vez... pero... lo pensaré, ¿de acuerdo? Mientras tanto, estaré para ti en lo que necesites. Eres lo único que tengo ahora.