Capítulo 12 - El Jardín de los Einherjer

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El aura que desprendía el humano era similar a la de su maestro Sasaki aquella vez que pilló una arena similar hace 1000 años, salvo que Masamune tenía una sonrisa más provocadora y atrevida frente al dios que tenía enfrente. Le encantaba la idea de enfrentarse al que era hijo del dios que dio muerte su maestro.

Tritón, a diferencia de Poseidón, sí que miraba a la cara... salvo con la diferencia de que sus ojos parecían ver más allá de su propio rival. Levantando la cabeza hacia la grada de las valkirias, su mandíbula temblaba de la fuerza con la que estaba reprimiendo su rabia.

 - Maldito humano... anciano decrépito...  - murmuraba muy tenso - Insignificante... insignificante...

Cada vez que Tritón decía esa palabra, su voz cambiaba a una más grave y rota, como si pudiese hablar con dos tonos diferentes.

- Hey, hey, si tienes algo que decir, dilo en voz alta - Masamune le sonrió - Con este ruido de las olas, no te escucho muy bien. ¿Vas a quedarte ahí parado? ¡Venga, ataca con ese tridente!

No había pasado un instante de que el samurái dijo eso que Tritón movió su tridente, agarrándolo como si fuera una jabalina y preparándose a lanzarlo con gran fuerza, saliendo volando y silbando en el aire. Masamune colocó sus katanas delante para protegerse, pero el lanzamiento fue varios metros por encima de su cabeza, apuntando directamente en la grada de las valkirias, quedándose detenido en el campo de fuerza que protegía a los espectadores... a menos de un metro de la cabeza de Sasaki Kojiro. Hrist y Geir se habían tirado al suelo al ver que venía el tridente, pero Sasaki no se movió, mirando de brazos cruzados y con una sonrisa al dios.

 - Demonios, chico... - dijo de buen humor - Tienes puntería con eso. Qué recuerdos me trae este arma...

El tridente se soltó del campo de fuerza, cayendo y rebotando en la barrera, acabando en el agua que rodeaba la arena. Tritón le apuntó con el dedo con rabia.

 - ¡Tú, anciano decrépito e infeliz! - le gritó - ¡Tú no eres más que un idiota afortunado! ¡No sonrías más, pues cuando acabe todo esto vigila tus espaldas, iré a por ti! ¡Me quitaste a quien más amaba y admiraba en toda la existencia, no puedo perdonar eso!

- Wow, deja a mi maestro, jovencito - Masamune le llamó la atención - Él sólo hizo lo que debía. Si llevas 1000 años arrastrando ese dolor por venganza, debes estar carcomido por dentro.

 - ¡Tú cállate! ¡Insignificante, insignificante!

El tridente apareció saliendo del agua, cerca de donde él estaba, teniendo sólo que extender la mano para agarrarlo y volver a tenerlo. El tridente de su padre... lo único que le quedaba de él.

El sonido del cuerno de Heimdal fue la señal para indicar que su combate comenzaba oficialmente. Pese a haber seguido las enseñanzas de Sasaki Kojiro de alguna manera, Date Masamune no poseía una habilidad de escáner como él, así que quedarse parado analizando a su enemigo era una estupidez... al menos para él, una pérdida de tiempo. 

En cuanto el cuerno terminó de sonar, tomó impulso lanzándose a por su enemigo con sus katanas en las manos, tres cortas en cada una sujetas a sus dedos con una venda, convirtiendo a sus manos en enormes garras. Empezó a atacar en grandes zarpazos en todas las direcciones hacia Tritón, y este empezó a dar pasos hacia atrás, moviendo su cuerpo con gracia y soltura, sin que llegaran a tocarle. Así avanzaron varios metros, él caminando hacia atrás mirando al japonés y Masamune con una sonrisa confiada, hasta que en un momento que él dio un nuevo paso, su pie no estuvo en tierra firme, cayendo al agua del borde. Se agarró con el codo al bordillo, moviendo las piernas rápidamente para subir de nuevo a la plataforma, desconfiado.

Shuumatsu no Valkyrie - New EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora