Capítulo 22 - Puntiagudo y oscuro

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 - Nota 1 - Me enojo cada vez que entro a escribir porque no encuentro diseños de dioses egipcios que me gusten 😑 y soy muy meticulosa para elegir diseños. Así que de momento, todos menos Seth se quedan sin diseño, a imaginación (e incluso el Seth que he elegido se aleja mucho del que hay en mi mente, aún así seguiré dando datos físicos suyos.)

 - Nota 2 - Se me ha olvidado o tal vez no había.

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 - ¿Está todo listo, entonces?

Hrist les preguntó tanto a Hlokk como a su Einherjer, en la bifurcación del camino que separa su zona de estancia en las gradas del camino hacia la salida de la humanidad.

 - Quiero pedir una modificación de la arena - Vlad sonrió, enseñando sus dientes y entrecerrando los ojos.

 - Sí, puede hacerse. Dímelo y se lo comunicaré a Heimdal. Recuerda que sólo podrás tener una arena que te favorezca si tu rival lo acepta - Hrist sacó su tableta para comunicarle a Heimdal lo que le diga Vlad.

 - Yo aún no estoy. Tengo que despedirme de alguien.

Hlokk se dio la vuelta con la barbilla levantada, subiendo unas escaleras con un poco de prisa. Hrist lo comprendió asintiendo, mientras Geir miraba curiosa. Vlad sólo giró los ojos y metió a la valkiria mayor un poco de prisa para comunicar su petición.

Hlokk llegó al pasillo de arriba, haciendo ruido con sus tacones yendo hacia un cuarto que tenía la puerta abierta, saliendo luz de esta. Al asomarse y entrar, vio dentro a Svipul, ya recuperada de sus heridas y de su "trauma" con el doctor, al lado de una pequeña valkiria que estaba sentada en un escritorio, con lápices de colores y hojas en blanco.

 - Perdona por haber tardado tanto... - se disculpó la mayor acercándose - Es que...

 - ¡Hermana Hlokk!

La pequeña saltó de su asiento yendo rápidamente con ella con una gran sonrisa.

 - Lo siento, Gunnir, dije que volvería pronto de ver a la hermana Hrist, pero tuve que hacer más cosas

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 - Lo siento, Gunnir, dije que volvería pronto de ver a la hermana Hrist, pero tuve que hacer más cosas... - Hlokk puso su mano en la cabeza de su hermana menor.

 - ¡No pasa nada! ¿Podremos ahora colorear a la muñeca del libro juntas? - preguntó señalando su escritorio - Svipul elige colores feos.

 - ¡Eh, no es cierto! - se defendió la valkiria de Aníbal.

 - La verdad es que me han llamado para salir a combatir... igual que hizo Svipul hace un rato... 

Hlokk se agachó a la altura de la menor, sonriendo, esperando que no se pusiera triste. Pero Gunnir no lo estaba en absoluto.

 - ¡Oh, entonces volverás en un rato! ¡Tal y como ha hecho la hermana Spivul! ¡Yo te espero!

 - ¡Oh, entonces volverás en un rato! ¡Tal y como ha hecho la hermana Spivul! ¡Yo te espero!

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Shuumatsu no Valkyrie - New EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora