Capítulo 1

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"Tú vida es demasiado alocada,
pero no eres feliz,
quizás necesites un poco de amor
que revuelva tus sentidos y haga de tu mente todo un caos"
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Verónica:
¿Qué pasa cuando te das cuenta de que las vacaciones de verano terminan? Pues gritas, le pegas a la almohada, te ahogas con un jugo, te deprimes y comes chocolate... vale, vale quizás esté siendo un poco dramática, pero bueno, creo que esto no viene al caso, en fin mi nombre es Verónica Lynch, seguro me conocéis por la fama de mi padre, o por ser la típica princesita rica, pero si, lamento deciros que así ha sido mi vida desde que nací.

Mi madre murió cuando tenía diez años, y desde entonces siempre hemos sido yo, mi papá y mi hermano contra el mundo. Hay días en los que me siento egoísta mientras estoy sentada en la mesa cenando y sonriendo y hay otros en los que simplemente no entiendo qué hago en este mundo.

Desde pequeños nos hacen creer que el dolor es fácil de enfrentar, pero me di cuenta de que con el paso de los años es más difícil poder lidiar con él.
Siempre digo que estoy bien, pero para serles sinceros estar en mi lugar no es nada fácil, donde hace falta el cariño, los consejos, las buenas noches, los besos, las madrugadas conversando con tu madre. Por eso os digo, valoréis a la de vosotros, yo no tuve oportunidad de aprovechar a la mía.

– ¡Ronnie! – exclama mi hermano Lucas en el momento que entro a la casa.

Me giro hacia él con mi mejor cara de póker. Está sentado en el sofá con sus pies encima de la mesita de cristal.

– ¿Cuántas veces te tengo que decir que no pongas los pies ahí Lucas Jhonatan Lynch?
– Por dios hermanita, eres peor que recordar que mañana comienzan las clases.

Pongo los ojos en blanco.

– Como sea ¿para que me llamaste?
– Papá sale esta noche de viaje y no viene hasta la semana próxima.
– ¿Y? No es una novedad para mí.
– Verónica no seas así, sabes que tiene mucho trabajo.
– Si Lucas, mucho trabajo por el que ha dejado a sus hijos pudriéndose en el infierno de la soledad y no ha sido capaz ni de preguntar ni una vez en ocho años ¿cómo estáis niños? Sigue doliendo ¿sabes? Nunca está aquí.
– A él también le duele.
– Pues no lo parece, más bien tal parece que es de piedra y no tiene sentimientos.
– Cada cual sufre a su manera.
– Pues que se valla a la mierda su forma de sufrir. No quiero seguir hablando del tema ¿vale? Dile a Sergio que esté mañana puntual en la puerta para que nos lleve a La Élite.
– Si no te preocupes.
– ¿Algo más?
– Nada más hermanita.
– Bien, entonces voy a darme una ducha.

Cuando estoy a punto de subir las escaleras escucho la voz de Lucas nuevamente.

– Por cierto ¡¿de dónde vienes?!
– Salí con unas amigas de compras.

«Juro que el día en que muera será de un infarto»
Dejo el bolso encima de la cama y me dirijo al cuarto de baño. Me saco toda la ropa y sumerjo mi cuerpo en la bañera.

Entoces les sigo contando ¿donde me quedé?... a sí, como os estaba diciendo, este es mi último año en La Élite, luego me graduaré e iré a Francia a hacer mi carrera de Diseñadora de moda. Mañana comienzan las clases y si os digo, odio más tener que usar uniforme que tener que ir.

Salgo de la bañera y me pongo la bata encima. Tomo el celular y me dejo caer en la cama. Reviso mi Instagram y tengo unos doscientos seguidores más que anoche – eso es lo único bueno de tener un padre empresario – en específico me llama la atención Jhonny Berry, un chico de pelo castaño, ojos marrones claros, un tatuaje en la muñeca, labios perfectos y unos músculos que ¡Joder! se ve buenísimo, lo comienzo a seguir y continúo vagando por internet.

Almas que Queman [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora