Almas que Queman [En proceso]

Capítulo 15

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"Cierro los ojos y vuelo hacia llegar a tu lado, te miro, te acaricio, siento tu piel,
rozo tu boca con la mía
y tu ni te das cuenta,
o quizás sí,... quizás ahora estés pensando en mi sin saber el por qué..."
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Luego de que termina la clase de dibujo moderno vamos hacia la cafetería. Alcanzo una bandeja y agarro una manzana, un cupcakes de vainilla y un batido de chocolate con leche. Me siento al lado de Nicol y le doy un mordisco a mi manzana.

– ¿Entoces me ayudas? – me pregunta.
– ¿Con qué? – la miro sin entender.
– ¿Con Fabién? – sube y baja sus cejas de manera divertida haciéndome sonreír.
– Oh cierto – agarro el pitillo y tomo un sorbo de batido – en cuanto me coma esto, te ayudo.
– Vale.
– ¿Vamos esta noche a la fiesta de Valeria? Invitó a toda la Élite – dice Luciana.
– ¿La fiesta de esa zorra? – sonrío – No me la pierdo ni aunque me este muriendo.
– Hay que ir con citas – comienza a decir Mónica – y aquí no hay tantos chicos.

Levanto una ceja.

– No creo que en alguna norma especifiquen si son un chico y una chica.
– Como me pone tu inteligencia – susurra Aaron – juro que te follaría en el medio de esta cafetería.
– ¿Es en serio? Te rechazó hace menos de dos horas, no te pases – sonríe Nicol.
– No se lo recuerdes – la reprendo.
– Eso no quiere decir que deje de ser un puto mujeriego. Además - me observa – por ella, me humillo delante de todo el mundo.
– Eso es amor – Jhonny pone los ojos en blanco.
– Yo por tí cariño, me arrodillo y te pongo el anillo.

Suelto una risita.

– Y yo por ti, le robo ese muffins de chocolate a Nicol – la señalo.
– Eres la mejor ¿ves? ¿quién no la querría?
– No me vas a robar el muffins, yo no tengo la culpa de que fuera el único de chocolate que quedara.

Sonrío.

– ¿Entoces con quién voy yo? – pregunta Luciana.
– Conmigo y con Aaron – le digo.
– ¿Y quién dijo que se lo pediría a Nicol? – mete la pata Jhonny.

Pongo los ojos blanco.

– Vamos, ni que no te gustara.
– Bueno...
– A los tíos le gustan todas.
– Es cierto, piensan con todo menos con la cabeza - dice Mónica.
– ¡Eh! – la reprende mi hermano – Yo solo tengo ojos para ti.
– Por favor, vi como mirabas a la modelo esa de la revista.
– No me culpes, estaba buenísima – dice.
– ¡Lucas! Nunca le digas eso a una mujer – lo regaño.

Mónica lo mira mal.

– ¿Pues sabes qué? Justin Bieber está mucho mejor que tú.
– Cariño, es que eso es obvio – digo.
– Gracias por defenderme hermanita.
– De nada, ya se que soy la mejor.
– Te paso a recoger a las ocho – le dice Jhonny a Nicol.
– Tú – señalo a Aaron con un dedo acusador – puntual.

Hace un tipo de saludo.

– Como ordene capitana.
– Ahora – me pongo de pie – tengo que ir a hacer algo.
– ¿El que? – pregunta Mónica.
– Ayudar a Nicol en algo.
– ¿A mí? – se queda congelada un segundo – ¡Oh claro, a mi!
– A veces me decepcionas – digo – demoras demasiado en reaccionar.
– Lo siento, vamos.

Se pone de pie y comenzamos a buscar al tal Fabién.

– ¿Qué harás?
– Ya verás cariño, si pasa esta prueba, es bienvenido a la familia.
– Como digas.

Un chico rubio pasa por enfrente de nosotros y Nicol le pega un grito.

– ¡Tú!

El chico se gira y nos observa. Nicol le hace un gesto para que se acerque y él lo hace.