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"Que puta puede ser la esperanza,
ella estaba bien
hasta que se la diste"✦҈͜͡➳━━❃ꦽː✦̐֗ꦿː❃ꦽ━━❃ꦽː
- Verónica yo...
- Cállate Nicolás - miro a mi alrededor y mi cuarto está volcado abajo. Documentos, fotos, todo en el suelo - Al principio lo dudé, quise creer que no te habías metido conmigo por eso, pero cierto, no se puede confiar en nadie.
- Te lo juro, yo solo quería...
- Te llamé aquí para salvarte la vida, pero creo que me estoy arrepintiendo.
- ¿Salvarme la vida? ¿De que estás hablando?
- No te lo mereces, pero te lo voy a explicar, solo antes respóndeme una cosa.Me acerco a él y pego su rostro al mío. Sus ojos verde intenso se clavan en mí como estacas.
- Mírame a los ojos y dime sinceramente Nicolás ¿crees que asesiné a Will?
Se queda un buen rato observándome que para mí se hacen horas hasta que por fin se decide a hablar.
- No, si dudé al principio y no te lo niego, pero con el paso del tiempo lo que comenzó como un juego se terminó volviendo mi obsesión.
- ¿Es decir que soy tu obsesión?
- Eres mucho más que eso Verónica - comienza a caminar hacia mí y por cada paso que da hacia adelante yo doy uno hacia atrás hasta que me acorrala contra la pared - vas a ser la persona que me destruirá.
- Concordamos en algo.Acerca su boca a la mía pero echo mi cabeza a un lado.
- Estoy loquito por ti.
- ¿Quieres que te haga una cita con el psiquiatra? - levanto una ceja.
- Si eres tú la que me atiende, no me pierdo una.
- Pues lamento decepcionarte, la psicología no es mi talento.
- ¿Cómo sabías que yo... pensaba que tú eras la asesina de Will?
- Ya te dije, soy linda, no imbécil. Me preguntaste muchas veces por Will, además te metiste al baño sin siquiera conocerme.
- Tú me comiste la boca sin conocerme también.Pongo los ojos en blanco.
- Pero yo soy Verónica y no es que me sienta orgullosa de eso pero me he comido a medio mundo.
- Pero nadie te ha visto como lo he hecho yo.Levanto una ceja.
- ¿Y como me haz visto tu?
- He visto una Verónica diferente, una que no conoce medio mundo.
- ¿En serio? - suspiro.
- Mucho. Ahora creo que hay algo que me tienes que aclarar.
- Siéntate porque contigo tan cerca no puedo hablar.
- ¿Tan nerviosa te pongo?
- No imbécil - pongo los ojos en blanco - Es que me tienes acorralada y si continúo así voy a perder el conocimiento. Para ser más específica no me dejas respirar.
- Oh - da un paso atrás - lo siento.Hago un gesto para que se siente y yo hago lo mismo en mi escritorio. Observo mis archivos en el suelo y lo miro negando con la cabeza.
- La noche en que Will murió cuando estábamos en el aniversario de la Élite recibí un mensaje que si quieres lo puedes comprobar, diciendo que habían eliminado a uno de la lista, si tenía suerte aún estaba vivo. Corrimos todos al bosque y era Will. Aaron llamo a la policía y me recibí otro mensaje amenazándome con que si se lo contaba a alguien mi hermano sería el próximo por lo tanto inventamos una declaración que fuera creíble y ya. En el funeral de Will cuando tú fuiste hacia dónde estaba yo y me asusté fue porque me había llamado nuevamente y luego como que se volvió rutina recibir sus llamadas hasta que mató a Ted.
- ¿Él fue quien mato a Ted?
- Anja
- No puedo creer que haya desconfiado de ti.
- Nicolás tenemos que terminar esto ya.
- ¿Terminar qué?
- Dejar de follar. Te lo dije desde que te acercaste a mi, soy peligrosa, y cerca de mi corres riesgos.
- No me importa.
- Creo que no me estás entendiendo Nicolás, se acabó y no hay vuelta atrás.
- La primera vez que te bese en aquel baño algo me gritó por dentro ¡Déjala y sal de ahí! Pero no lo hice y ¿sabes por qué? - niego con la cabeza - Verónica no me quedé contigo por averiguar algo sobre la muerte de Will, eso era más bien una excusa que me ponía cada día que ansiaba verte para acercarme más a ti, me volví adicto a ti, como la abeja a la miel, como un puto niño a su juguete, me quedé contigo porque estaba sintiendo algo que no podía sentir, algo que tenía prohibido.
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Almas que Queman [En proceso]
Teen FictionSipnosis (...) La vida se volvió más fácil desde el momento en que lo conocí. Nuestras bocas unidas, nuestras manos entrelazados, era mi puta obsesión, quizás no era sana, pero era lo que hacía que me sintiera viva y eso lo utilizó contra mí, sabía...