Capítulo 6

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"Te podías pintar de azul al príncipe que quisieras, pero viste imperfecciones en el villano que te parecieron perfectas"
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Desde pequeña amo los retos, no me gusta que nadie me controle ni me diga que tengo que hacer, pero en cambio controlar a otros me encanta y mucho más tener el poder.

Seguro os preguntaréis ¿por qué carajos está tía se enrollo con Aaron? Fácil, el sexo, placer humano, deseo.

Conozco a Aaron desde hace muchos años, es sexy, el típico chico del que una estúpida virgen se enamoraría o más bien cualquiera que crea en el amor, él es apetecible, comible, violable como mejor os parezca. Simplemente las hormonas se apoderaron de mí y una vez que te metas al fuego, no hay quien te saque así que por lo que veo tienes dos opciones o no te metes en el fuego o lo haces y te quemas, yo en este caso decidí quemarme hasta que llegó mi querida amiga Mónica y nos interrumpió el momento.

– ¿Qué está pasando aquí? Creí que lo habíais superado la primera vez – se acerca al grifo, toma un vaso y abre la llave – Dijisteis que no os enrollariais cuando os hicisteis amigos, y yo fui testigo – bebe un sorbo y nos mira con una ceja enarcada.
– Esas cosas pasan amiga, ya sabes el deseo – responde Aaron por mí.

Aún seguimos en la misma posición. Yo encima de la encimera y Aaron con sus manos en mis caderas.

– ¿Qué pasa aquí?

«Lo que faltaba, ahora todo el mundo sabrá que íbamos a tener sexo»

Muy bien chicos y chicas, atención y aplausos por favor, en primera plana:

«Verónica Lynch y Aaron Ernesto Paul iban a tener sexo en la encimera mientras arriba estaban sus amigos, pero lamentablemente fueron interrumpidos por Mónica, pero la historia no acaba ahí... no, ahora todo el maldito planeta se enterará gracias a su hermano Lucas quién cuando los vio en esa posición casi se muere de un infarto, lo contará todo en cuando los demás se pongan de pie»

Juro que esperé cualquier reacción por parte de Lucas menos una carcajada que debió haber despertado al vecindario entero.

– No lo puedo creer – dice entre risas – prometieron que no os enrollariais.

¿Por qué todo el mundo sabe de nuestro pacto de " nada de sexualidad"?

– ¿Os vais a quedar a ver el espectáculo o que? – pregunto.
– Lo siento hermanita – toma el vaso que Mónica tiene en la mano y se lo quita para beber un sorbo.
– Por lo que veo nadie puede dormir – dice Mónica.
– ¿Por qué vosotros no os enrollais? – les pregunto con curiosidad.
– ¿Yo con él? No creo que pueda volver atrás – niega con la cabeza y sus mejillas comienzan a tornar un rosado.
– ¿Por qué? ¿Tanto te pongo? – se acerca a ella y la acorrala contra la pared dejando el vaso a un lado.
– Ya quisieras – suelta una risa nerviosa mientras voltea los ojos de manera graciosa.
– ¿Y por eso estás tan nerviosa? – agarra un mechón de su pelo y lo huele.
– ¿Quién dijo que lo estoy? – muerde su labio inferior.
– Tú pulso está a mil por hora.
– Bueno...  – se encoje de hombros.

Antes de que ella pueda terminar la frase él la toma por la cintura y se besan apasionadamente.

– Creo que es noche de sexo ¿Hay luna llena? – bromeo.
– Oh sí – Aaron me toma de la mano – y este hombre lobo te comerá – sonríe.

Subimos las escaleras de manera rápida y escuchamos gemidos de uno de los cuartos.

– ¡Qué asco! Mi casa parece un maldito hotel – hago una mueca.
– Ya lo creo ¿puedo dormir esta noche contigo? – Aaron hace un puchero.
– No, y ahora ve a tu cuarto, ya rompimos bastantes reglas por hoy – le doy un leve beso y me voy a dar la vuelta, pero en ese momento me toma de la mano y me acorrala contra la pared.
– Creo que no nos vendría mal romper algunas más.

Almas que Queman [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora