✦҈͜͡➳━━❃ꦽː✦̐֗ꦿː❃ꦽ━━❃ꦽː
"La tristeza es una parte de nosotros,
esa que no queremos ver nunca,
pero siempre nos persigue a donde quiera que vallamos,
nos espera ahí,
en un lugar oscuro al cual no queremos, pero por alguna razón entramos"
✦҈͜͡➳━━❃ꦽː✦̐֗ꦿː❃ꦽ━━❃ꦽːEsa noche no duermo ni un minuto pensando en todo lo que me dijo mi hermano, algo en lo que tiene razón.
En toda la cena y el resto de la noche no cruzo ni una palabra con Lucas, más bien nos limitamos a asentir con la cabeza.
Me pongo de pie para darme una ducha antes de ir al instituto y me observo en el espejo.
«Necesito un cambio de look»
Entro en la ducha y la abro dejando que el agua tibia caiga por todo mi cuerpo. Agarro el shampoo y unto un poco en mi mano, acto seguido paso las manos por mí cabello dando en él pequeños masajes.
Una vez duchada y vestida, termino de ponerme mis botas de tacón. Bajo las escaleras y veo a Mónica sentada en el sofá. Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla.
– Buenos días.
– Hola – digo media sonriente – ¿Ya desayunaste?
– No, aún no.
– ¿Y Lucas?
– No lo he visto desde anoche – suspira llevando una mano a su cabello – Por cierto, hablando de eso ¿pasaba algo entre vosotros? Se sentía la tención anoche.
– Peleas de hermanos, ya sabes – miento.Ella asiente con la cabeza y lo entiende todo al instante «no quiero hablar del tema»
Nos dirigimos hacia la cocina. Florian nuestro chef italiano está terminando de preparar el desayuno.
– Buenos días Flori ¿que preparas?
– Princesa de mi alma, buenos días – se gira hacia mí y sonríe – muffins, cupcakes y tortitas americanas con beicon.
– Suena delicioso – cometa Mónica pasando la lengua por sus labios.
– Lo sé preciosura, toda mi comida lo es – presume Florian.
– Buenos días – saluda mi hermano en tono seco tomando una de las tortitas que prepara Florian.
– Ey niño cavernícola saca tus manos de mi hermosa comida, aún no está lista – lo reprende dándole un pequeño golpe en su mano.
– Lo siento – susurra – pero es que se ve irresistible.Minutos después estamos todos sentados en la parte trasera del auto camino al instituto. En el trayecto nadie dice nada y es un silencio un poco incómodo. Al llegar me bajo rápidamente del auto soltando todo el aire de mis pulmones que sin darme cuenta estaba conteniendo en ese maldito auto y a penas lo hago Nicol me toma por el brazo sin darme tiempo siquiera a poder respirar.
– Hola a ti también Nicol, valla manera de recibirme.
Mónica comienza a correr hacia nosotras como una loca desquiciada. Sí señoras y señores, como una loca que acaba de salirse del manicomio.
– ¡Esperen! – grita jadeando.
– Y allá viene con su drama.En el instante en el que se acerca apoya sus manos en sus rodillas y las flexiona como si hubiera acabado de correr una maratón.
– Es difícil correr con estas botas, y ustedes qué no ayudaron. ¿Como es que os vais sin mi?
– No dramatices – pongo los ojos en blanco y me giro hacia Nicol – Bien, ¿qué pasó para que me recibas como si fuera lo único que necesitas para respirar?
– Anoche salí con Fabién el de segundo, nos besamos y me pidió ser su novia.
– ¿Es que acaso ahora a todas le gustan los menores? - suspiro llevando las manos a mi cabeza frustrada «me van a volver loca, pueden ir preparando cuando quieran el manicomio» – Vale, ¿y qué quieres que haga? ¿Que te dé un premio por tirarte a los menores?
– Cuando me lo preguntó salí huyendo.
ESTÁS LEYENDO
Almas que Queman [En proceso]
Novela JuvenilSipnosis (...) La vida se volvió más fácil desde el momento en que lo conocí. Nuestras bocas unidas, nuestras manos entrelazados, era mi puta obsesión, quizás no era sana, pero era lo que hacía que me sintiera viva y eso lo utilizó contra mí, sabía...