Almas que Queman [En proceso]

Capítulo 10

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"Nos desnudamos de perjuicios y nos vimos como realmente somos, diferentes... pero con deseos en común. 

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Nicolás:
Hay momentos en la vida que son simplemente perfectos e inolvidables, este era uno de ellos, el por qué ni yo mismo lo sabía.

Por un instante dejé todo mi odio a un lado dejando que el deseo se apoderara del momento, seguro creéis que soy un imbécil, si eso es lo que soy, desear a la asesina de mi mejor amigo ¿Es eso posible? ¿Es posible desear a una persona que tanto odias? o la verdadera pregunta sería ¿De verdad la odio? ojalá pudiera saberlo, le fallé a Will, pero así somos los seres humanos, a veces nos dejamos llevar por el deseo y lo olvidamos todo. Juro que en el instante en que me fijé en sus ojos cafés me terminé perdiendo en ellos.

– Yo ya me voy – dice comenzándose a vestir.

Parece incómoda.

– ¿Por qué? – me atrevo a preguntar.
– ¿Sabes? No acostumbro a hablar después del sexo y contigo he cruzado el límite.

Suelto una carcajada y termino de ponerme mi bóxer.

– ¿Límites? ¿Que pasa contigo? – enarco una ceja.
– No creo en los hombres, detrás de un rostro siempre hay una máscara, si actúan bien contigo es porque algo esconden.

«Si, detrás de este rostro hay una máscara que te va a destruir»

– ¿Te hicieron daño en el pasado? – instinto queriendo saber más.
– El hombre que más quería en mi vida – suelta una risita – Joder ni siquiera sé por qué te estoy contando esto.
– A veces es bueno desahogarse.
– Yo no lo necesito, y ahora sí me tengo que ir, mañana me tengo que despertar temprano.
– ¿Y eso por qué?
– Tengo que ir al funeral de un amigo.

«Maldita hipócrita»

– ¿Will cierto?

Se gira hacia mí confundida.

– ¿Le conoces?
– Si le conocía, era mi mejor amigo.
– Valla lo siento.
– Él me hablo mucho de ti.
– ¿En serio? ¿De que? – pregunta con curiosidad.
– No terminaron de una buena forma.
– Es cierto.
– Nunca me contó el por qué.
– Si esperas que te lo diga, no lo haré –  niega con la cabeza.
– No te lo pedí.
– De todas formas es mejor que lo tuvieras claro.
– ¿Por qué eres tan cerrada?
– ¿Por qué eres tan abierto?
– Guardarse las cosas hace mal.
– Decirlas también.
– Buen punto.
– Ya lo sé.

Se incorpora en el sofá y me da un beso en la mejilla.

– Gracias, fue una noche inolvidable.
– ¿Quieres que te lleve?
– No gracias, tengo...
– Si lo olvidaba.

«Es rica estúpido»

– Entonces ¿nos vemos mañana?
– Si, mañana.

En el momento en que Verónica cruza la puerta mis pensamientos vuelan a todo lo que ha sucedido hoy.

Hoy hubo más que odio y deseo entre nosotros. Más que simples caricias, simples besos o simple sexo. Hoy hubo algo de lo que me voy a arrepentir.