Capítulo 18

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"Agárrame del cuello y estámpame contra la pared, demuéstrame que soy solo tuya y que así tengas miles para escoger, siempre me eligirás
a mí.

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Después de un rato observándonos Nicolás se sienta en uno de los bancos y me jala hacia su regazo. Me abraza por la cintura y deja besos por todo mi cabello.

- Pero miren quién se está enamorando - lo pico.
- Puede ser - su dedo índice recorre todo mi muslo haciéndome estremecer.
- Entonces voy ganando - sonrío.

Comienza a subir mi vestido y mi respiración se entrecorta.

- Nunca estés tan segura - con la otra mano me agarra por la nuca para que lo mire a los ojos - en un instante el juego puede cambiar.

Mete sus manos por dentro de mi vestido y comienza a acariciar en círculos mi vientre.

- Nicolás - gimo y echo mi cabeza hacia atrás.
- Eso quiero, que gimas mi nombre hasta que te quedes sin voz - susurra en mi oído - quiero volverme tu maldita obsesión.
- Ya lo eres.
- Me haces pecar con ese cuerpo que tienes.

Me giro hacia él y acerco su boca a la mía.

- Los pecadores como tú y yo nos iremos al infierno. Bienvenido a mi oscuridad bebé- sonrío y lo atraigo hacia mí.

Junto su boca con la mía y nuestras lenguas se rozan. El deseo explota en mi interior haciendo que quiera más de él. Posa sus manos en mis caderas y continúa con su experimento en mi boca. Entierro mis manos en su pelo para atraerlo más a mi. Su lengua se une a la mía y la acaricia con dulzura.

Serás mi perdición eso está asegurado, porque así lo quiere el destino,... porque así lo quiero yo.

Nos separamos por falta de aire y lo miro con una sonrisa.

El sonido de mi móvil hace que deje de prestarle atención a Nicolás y me fije en él.

Llamada entrante: Nicol:)

- Dime Niki.
- ¿Donde estás Ronnie? Me desperté y no estabas aquí.
- Salí a tomar el aire, ahora subo.
- Vale, entonces hasta ahora.
- Ok.

Cuelgo y dirijo mi visar nuevamente Nicolás.

- Me tengo que ir.
- ¿Quieres que me quedé?

Abro la boca para decir algo pero las palabras se me quedan trabadas.

- Yo... no.
- Está bien, lo voy a poner así. ¿Me puedo quedar contigo? - hace puchero.
- Si lo preguntas así no me puedo negar.

Beso la comisura de sus labios. Me restriego contra él y siento como su erección crece en mi trasero haciendo que una sonrisa triunfante se cruce por mí rostro.

- ¿Ves lo que haces? - señala su erección - así me tienes desde que te conocí.
- Pues punto para mí.
- ¿Quieres jugar Verónica? Porque sé hacerlo muy bien, y ahora puedo ser yo el que este mal, pero la vida da muchas vueltas.
- Desde que te conocí mi vida junto a ti se ha vuelto un juego - susurro pegada a su boca.
- ¿Quieres perder?
- A tu lado siempre estoy en peligro.
- Aún así sabes que te protegeré. ¿Confías en mí?
- ¿Tengo otra opción?
- Ven.

Almas que Queman [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora