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"Esos éramos tú y yo,
dos polos opuestos unidos por un mismo destino,
pero ni el blanco podrá soportar la oscuridad el negro, ni el hielo aguantar el calor del fuego.
✦҈͜͡➳━━❃ꦽː✦̐֗ꦿː❃ꦽ━━❃ꦽːVerónica:
– ¡Dispara! – grito a todo pulmón – ¡Anda, dispara! pero si lo haces – lo señalo con un dedo negando con la cabeza – te vuelan la cabeza en pedacitos – la expresión en su rostro cambia a total confusión – tres personas, tres armas, y más de un tiro en tu cabecita.Él niega con la cabeza como si no se lo pudiera creer.
– Mira detrás de ti, a mi me podrás matar, no le tengo miedo a la muerte, es más que me reciba con las manos abiertas – susurro – pero tú no llegarás con ese dinero ni a la esquina, así que te sugiero que bajes el arma, no tienes forma de escapar.
2 horas antes...
La razón por la que eché a Nicolás de mi casa – que conste fue lo más difícil que hice en mi vida, porque lo deseaba muchísimo en ese instante – es simple, cuando bajé las escaleras una llamada de un desconocido hizo que me detuviera para tomarlo.Era Patrick, el hombre del bar. Habló conmigo y me dijo que nos veríamos esta noche, ¿el motivo? No sé por qué, solo se que luego de que Nicolás se fuera corrí al cuarto de mi hermano donde se encontraban él y Mónica. Antes de arreglarnos llamamos a Aaron para que nos acompañara y ahora está de camino hacia acá.
– ¿Estás segura de hacer esto? Ronnie puede ser perfectamente una trampa.
– Hay que arriesgarse Mon.Me termino de poner los tenis porque obvio no iré en tacones a encontrarme con un narcotraficante en medio de la noche y en un bosque.
– ¿Tienes express de pimienta?
– ¿Para que quieres pimienta cariño? – le pregunta Lucas.
– En las películas le echan pimienta a las personas cuando intentan hacer algo.Suelto una carcajada.
– No hace falta pimienta – niego con la cabeza.
– Ronnie yo no confío en ese tipo, y estoy segura de que algo tiene planeado, y más si nos quiere ver ahora.
– Ok, está en los cajones – digo.El timbre suena y bajo corriendo para encontrarme con Aaron. Está guapísimo vestido todo de negro. Dejo un beso en su mejilla y me echo hacia atrás para verlo completamente.
– ¿Que traes ahí? – pregunto señalando un maletín que trae en la mano.
– Cinco mil, vosotros ponéis los otros.
– ¿De dónde los sacaste? – ladeo la cabeza confundida.
– Eso no importa, además traje algo más, pero por favor – mira a todos lados – entremos.
– Vale – digo dudosa.Entramos y cierro la puerta detrás de nosotros. Lucas y Mónica bajan en ese instante.
– ¿Listos para nuestra misión narco? – pregunta Mónica con una sonrisa.
– Yo siempre quise ser narco – muerdo mi labio inferior de manera sexy – en vez de jugar con muñequitas, me encantaban las pistolas con las que jugaba Lucas.
– Eso es cierto – mi hermano asiente – aún no entiendo cómo es que quieres ser diseñadora.
– Bueno, un don con el que nací – me encojo de hombros – y que por por cierto me encanta, pero eso no quita que me guste el peligro.
– Pues yo traigo algo que te podrá gustar – dice Aaron.
– ¿Que? – ladeo la cabeza.
– Esto – abre su maletín y saca un arma haciendo que Mónica y Lucas se sobresalten.
– ¡¿Un arma?! ¡¿Pero estás loco hermano?! ¡¿Que tienes en la cabeza Aaron?! – grita mi hermano.
– Perdona amigo, pero si vamos a vernos con un tipo así es mejor estar preparados.Mónica abre la boca y la vuelve a cerrar.
– Yo... yo...
– Vamos, ¿no me digáis que le tenéis miedo a esto? – tomo el arma que Aaron trae en la mano y la cargo.
– Verónica cuidado con eso, se puede apretar el gatillo y que Dios no quiera que pase algo – comienza a decir Lucas cerrando los ojos con fuerza.
– No te preocupes, sé cómo usarla, tomé clases de tiro – apunto hacia el frente y sonrío.
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Almas que Queman [En proceso]
Teen FictionSipnosis (...) La vida se volvió más fácil desde el momento en que lo conocí. Nuestras bocas unidas, nuestras manos entrelazados, era mi puta obsesión, quizás no era sana, pero era lo que hacía que me sintiera viva y eso lo utilizó contra mí, sabía...