(Diana)
Estoy totalmente en blanco. Mi mente es como una máquina de rebobinado que repite una y otra vez la imagen de esta mañana al encontrarme con aquellos papeles de divorcio.
Nunca me lo imaginé. En realidad se me pasó por la cabeza, pero jamás pensé que a ellos sí y que se atreverían a hacerlo.
Todo lo que sé del amor, lo aprendí de ellos. Eran mi ejemplo a seguir para el día en que me toque formar mi propia familia. Pero ahora me doy cuenta de que si formar una familia significa que luego la debes desarmarla, entonces no quiero formar la mía. Ni siquiera sé si quiero seguir siendo parte de una.
-¿Por qué siento que tienes muchas cosas que contarme? -pregunta Jane sacándome del trance.
-Por qué tal vez las haya.
-Uy...interesante.
Estamos almorzando en el mismo lugar de siempre, en el patio, aunque está empezando a refrescar y pronto tendremos que mudarnos al interior de la cafetería. Jane me ha notado rara en desde que llegamos y ya se dio cuenta de que algo anda pasando. Yo también me he sentido extraña, pero ¿Qué es lo que pasa en realidad? ¿Es por el hecho de haber mencionado a Maddie a alguien más? ¿Por qué me he acercado más a Adrien? ¿Por qué mis padres discuten más seguido? ¿Por qué se van a divorciar? ¿Por qué esta familia dejará de serlo?
-Oye -me da un aventón con su codo contra mi brazo. - ¿Es por lo de Maddie?
-Puede ser. En unos días será su cumpleaños. -susurro. No le diré sobre lo de esta mañana hasta que mis padres me lo digan.
Jane iba a decir algo, pero una voz masculina la interrumpió.
-Diana, por fin te encuentro. Pasé varias veces por tu casa para hablar, pero no había nadie y...
-Sí estuve en casa, solo que no quería atenderte. - interrumpo el discurso de Dylan que decía parado a mis espaldas. No me molesté en voltear para hablarle, no lo vale.
-Diana, por favor, te ruego que me escuches.
Miro a Jane en busca de ayuda, pero la traicionera se va dejandome a solas con este idiota.
-Cinco minutos. Ni más, ni menos. - ahora si le doy la cara, pero no me levanto de mi asiento. Pongo la cara más seria que tengo.
-Mira, yo sé que estás sufriendo por todo esto de la ruptura así que seré lo menos pesado posible. -una risa brota en mi interior ante semejante estupidez. - Lo que has visto no fue culpa mía, ella me incitó a hacerlo, yo le dije que estaba contigo y que jamás sería capaz de hacerte algo así, pero a ella pareció no importarle y me llevó a la habitación y...- sin pensarlo dos veces me pongo de pie frente a él y le doy una cachetada en el rostro. Todos los que estaban presentes se quedan plasmados ante semejante escena, y más aún proviniendo de mí que soy incapaz de hacer algo así. Bueno, ahora ya no.
-Primero: Ya te he superado, Dylan. ¿Sabes por qué? porque nunca fue amor, fue atracción, y la atracción se puede ir en un abrir y cerrar de ojos, más aún cuando conoces a alguien más valioso. -siento mis ojos arder, pero no es por dolor. Es por haberme tomado de tonta, por pensar que me puede recuperar mintiendo y echándole toda la culpa a ella. -Segundo: Fue una infidelidad, quieras o no. Acostarse con alguien es cosa de dos, así que deja ya de echarle la bronca a la perra de Samantha cuando tu eres igual de gilipollas. Tercero: Sacate la puta idea de que te perdonaré y que puedes recuperarme. Me tenías, Dylan, pero como dice el dicho: no lo valoras hasta que lo pierdes.
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Las Estrellas Como Testigos
RomanceSupongo que el amor de nuestras vidas aparece de la manera menos pensada y se va de la manera más dolorosa posible. Si no duele tanto, es por qué no fue tan importante como creíamos. Mi única obsesión era aprender a salvar vidas. Pero desde el día e...