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(Diana)


-Tengo que ser sincera contigo, amiga. ¿Estás segura que no tiene algún hermano?


-Ya te dije que no, Jane.


-¿Segura? Yo también quiero que alguien me haga una cena así.


Rio ante sus palabras. Hoy le conté lo de la cena romántica de Adrien y quedó más fascinada que yo.


-Segura.


-Ríes más. Se nota lo bien que te hace.


Mis mejillas se sonrojan.


-No se sentía así con Dylan. Esto es diferente. Me hace sentir diferente.


-No soy la indicada para decirlo, pero creo que lo que estás sintiendo es amor -me choca el hombro juguetonamente.


-¿Amor? -levanto una ceja. -Yo sí siento amor por Adrien.


-Eso es obvio -reímos juntas -. Pero hablo de que existe la posibilidad de que lo empieces a amar.


Guardo silencio tras sus palabras.

Con Dylan no creo haber llegado al punto de decirle las palabras te amo, y si las llegué a decirlas no fui realmente consciente de aquellas palabras.

Es muy prematura la relación que hay entre Adrien y yo como para mencionarle el "te amo". No digo que no pueda llegar a sentirlas con él, pero aún no. Aún no quiero apostar todo como lo hice la última vez, y terminar desecha.

Decido mejor no responder.


(...)


Hace unos días conocí a Joshua. Es un niño muy gentil y valiente. También me contó que son muy buenos amigos con Adrien desde que llegó al Hospital. Los dos se la pasan jugando a las carreras en sillas de ruedas en un pasillo de reconstrucción. Al principio me enojé por lo peligroso que puede ser, sin embargo minutos después ya estaba compitiendo contra el bobo de mi novio. Fue divertido, no lo niego.

Ese mismo día, Joshua nos encontró a Adrien y a mí dormidos en la cama. Yo estaba acurrucada en el pecho de Adrien y él apoyaba su mentón en mi cabeza, esa es una muestra de cómo estábamos dormidos y cansados según la foto que tomó el pequeño con el celular de Adrien. Faltaban pocos minutos para volver a mi casa, pero el cansancio nos ganó.

El día de hoy le tengo una super sorpresa a Adrien. El remordimiento de no haberle dado nada para la celebración de nuestro primer mes juntos me persiguió durante un par de noches. Su regalo me fascinó demasiado. Si antes estaba enamorada, ahora estoy locamente enamorada de él. No todos los días alguien te canta una canción romántica.

Me costó lograr convencer no solo a la dueña del lugar, sino que también a Ruth para que me concediera el permiso de salida de él. Luego de una semana, pude conseguirlo y preparar todo. Aunque no es la gran cosa ni tampoco es tan lejos, solo está a un par de calles de aquí.

Las Estrellas Como TestigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora