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(Adrien)


-Le habrías caído super bien, y seguramente él también te habría sacado millones de sonrisas.- Me gustaría decirle aquello, pero me lo guardo para mí.


Seguramente se estará preguntando cómo fue que lo perdí. Quiero contarle, pero no se si pueda hacerlo en este lugar. Es algo que me gustaría hacer cuando la lleve a conocer la granja. En estos últimos días lo estuve meditando a fondo, y llegué a la conclusión de que ya es hora de que conozca a la persona que me crio.

Hace un par de días atrás me han informado de que ya está lista la primera dosis. La semana entrante me la colocarán. Cuando me enteré quise contarle enseguida a Diana, pero me di cuenta de que antes debo adelantar algunas cosas.

Tengo pensado coordinar una cena con mi abuelo y Diana para que se conozcan. Si todo sale bien, quiero invitarla para navidad a la granja de mi abuelo. Allí le diré todo lo que ella quiera saber, todo lo que le estuve negando conocer hasta ahora. No es que sea obligatorio contarle mi vida entera, pero ella es la única persona que me importa en estos momentos.

Además, creo que estoy empezando a amarla.


-Quisiera decirte que te entiendo, pero sinceramente no sé lo que es perder a un padre. -comenta preocupada.


-Hay algo que sí puedes hacer. -cambio de tema rotundamente.


-¿Qué cosa?- se acomoda el pelo detrás de la oreja.


-Cenar con nosotros mañana en la noche.


Su mirada se torna curiosa.


-¿Ustedes? ¿Quién más estará?


-Primero que nada, entenderé si no quieres. Estoy apresurando las cosas.


-No existe un tiempo estimado para las relaciones, Adrien. Sea lo que sea, lo haré con gusto mientras estes a mi lado.


Imposible no amarla.


-Mañana vendrá mi abuelo a visitarme. Tenía pensado tener una cena los tres para que se puedan conocer. Yo ya le hablé algo de ti, de hecho él fue quien mencionó querer conocerte. Pensé que una cena estaría bien.


-¿Hablas de enserio? -su pregunta no me pinta nada bueno. La he cagado.


-Por eso te dije que lo entendía si no querías. Yo no...


-¡Claro que sí! -me interrumpe. Lleva una enorme sonrisa en su rostro que encandila el ambiente. -Me encantaría conocer a tu familia, Adrien.


-¿Lo dices de enserio? -sonrío a medias. La verdad que no me lo esperaba.


-Por supuesto. Y si tu quieres, puedo arreglar una cena con mi familia, aunque...-sus ojos se escapan de los míos mientras frunce sus cejas.


Las Estrellas Como TestigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora