(Diana)
El salón está a un par de calles de distancia con el Hospital. La intención fue para que los médicos puedan asistir a alguna urgencia por las dudas.
-Bienvenida señorita. -saluda cortésmente el chico en saco que me quita la fina campera que llevaba puesta.
Al entrar en el salón me sorprendo ante semejante belleza y delicadeza. Todo está decorado de color negro y plateado. Mesas redondas con manteles negros cayendo hasta el piso rodean los laterales del salón dejando el centro vacío; es una pista de baile. En el frente del salón, hay otro espacio sin ocupar por personas, pero un piano y un micrófono se encuentran allí. En las paredes cuelgan telas plateadas resaltando con el fondo negro, las lamparas dejan en el interior una luz tenue generando un ambiente completamente elegante.
-Diana, que bella que estás.
Ruth aparece frente a mí con un vestido negro y su pelo recogido en una trenza cosida dejando algunos mechones débiles. Ella también está preciosa.
-Tú también, Ruth. -sonrío completamente.
-Ven, tengo que presentarte a algunas personas antes de la cena.- pasa su brazo por el mío entrelazándose. Ella me guía.
-No conozco a nadie. Así que donde tú vayas, yo iré.
Sigo sus pasos elevando apenas un extremo de mi vestido para no caer. Los zapatos de tacón me molestan un poco, pero las chatitas no combinaban muy bien. Las personas empiezan a llegar y se van acercando en sus respectivos lugares, algunos siguen de pie hablando con otros. Tenía razón, hay muchos hombres de edad con trajes costosos y mujeres con vestidos más elegantes que las telas que llevo puestas. Eso es obvio, su trabajo les permite pagar semejantes ropas.
Ruth me presenta a un par de médicos ya retirados. Entre ellos hay ginecólogos, traumatólogos, cardiólogos, etc. Cada uno me da consejos para que se me faciliten algunas cosas, me recomiendan que rama elegir de la medicina, algunos datos importantes, y contactos. Me da mucho gusto conocer a personas que me ayuden en el nuevo camino que está por venir, aunque aún no he decidido en qué especialidad me voy a dedicar.
Momento después nos dirigimos a nuestra mesa y comenzamos la cena. Los mozos nos traen el plato principal: rebanadas de filete asado con un par de verduras a sus alrededores. Ruth comienza a sacar tema de conversación mientras yo la escucho disfrutando de este manjar.
-¿Cómo está yendo la recaudación del dinero para la pequeña que necesita la prótesis? Quisiera ayudar con algo yo también.
Un señor calvo en frente nuestro le responde.
-Muchas gracias Ruth por tu ayuda, pero los padres ya han recaudado todo el dinero. Incluso, más de lo estimado.
-Qué gran noticia.
Sonrío por la buena noticia.
-Así es. Dime, ¿La compañía que hará el nuevo proyecto para los padecen de FQ aceptó a los candidatos?
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Las Estrellas Como Testigos
Roman d'amourSupongo que el amor de nuestras vidas aparece de la manera menos pensada y se va de la manera más dolorosa posible. Si no duele tanto, es por qué no fue tan importante como creíamos. Mi única obsesión era aprender a salvar vidas. Pero desde el día e...