(Diana)
¿Es normal estar super nerviosa?
Es solo una cena. Nada fuera de este mundo. Conocer la familia del chico con el que sales no es tan complicado...¿O sí?
Tomo una bocanada de aire para luego expulsarlo todo. Me miro por última vez en el espejo de mi habitación. Luego de darle el okey a mi vestimenta, me voy yendo al hospital.
-¿Dónde va tan arreglada un domingo en la noche, señorita?
La voz de mi madre sonando desde la escalera me frenan justo frente la puerta que da a la calle. Ahora solo somos nosotras dos en la casa porque papá decidió rentar un departamento para empezar de cero luego de la firma del divorcio. Con el tema de mi custodia, se llegó al acuerdo de que al ser mi último año como menor de edad, pasaré una semana completa en casa con mi madre y la otra en el departamento con mi padre. Dentro de todo está bien. Ya no se escuchan las discusiones, los dolores de cabeza de mi madre no surgen más como antes, e incluso el ambiente ha dejado de tener esa especie de pesadez.
Mañana me toca ir a lo de mi padre. Tendré que contar la misma historia ya que, por más que estén divorciados, se cuentan todo lo que hago. En ese sentido se entienden a la perfección. ¿Quién lo diría?.
-Debo decirte algo...- me acerco. Ella termina de bajar las escaleras y toma asiento en el sillón de la sala. Yo hago lo mismo a su lado.
-Te escucho atentamente. -su mirada se torna curiosa, pero nerviosa a la vez. Todas las madres llevan las mismas facciones.
-Quiero decirte que estoy saliendo con alguien.
Lo dije. Ya está.
-¿No crees que es muy pronto luego de lo que te hizo Dylan, Diana? -habla cuidadosamente con sus palabras. Teme lastimarme al mencionar ese nombre.
-Lo sé, mamá. Pero este chico logró unir todas mis piezas y sacar lo mejor de mí. No podría explicarte lo bien que me hace estar a su lado. -no puede evitar suspirar ante aquellas palabras.
Ella toma mi mano.
-Solo no quiero que te lastimen otra vez. A ninguna madre le gusta ver a sus hijos sufrir por llevar un corazón roto. El nuestro también se rompe cuando ustedes lo llevan roto.
-Siendote sincera, sería un placer que Adrien me rompiera el corazón. Jamás podría odiarlo por eso. Él me dió y me da tanto que jamás podría agradecerle del todo.
-¿Así que se llama Adrien? -saca un sonrisa picara. En cambio, la mía no aparece. No le he contado todo sobre él.
-Pero pasa algo.
-¡¿ESTÁS EMBARAZADA?!
-¡¿Qué?! No, mamá. -se lleva una mano al pecho. Su rostro ya no se muestra tan tenso.
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Las Estrellas Como Testigos
RomanceSupongo que el amor de nuestras vidas aparece de la manera menos pensada y se va de la manera más dolorosa posible. Si no duele tanto, es por qué no fue tan importante como creíamos. Mi única obsesión era aprender a salvar vidas. Pero desde el día e...