Capítulo 25

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Benjamin caminaba de un lado a otro, nervioso. Tenía miedo de lo que era capaz de hacer en esos momentos. Aún no creía que realmente Mags lo había perdonado. Todo había empezado porque alguien del equipo de basket habló mal de Maggie, él la defendió y terminaron diciéndole un motón de mentiras, que él creyó. El humano es débil, y más si es tan guapo. Pero ahora Ben se encontraba en la sala de estar de la casa Davis, esperando a Margaret para ir al baile de la graduación. Había llegado un carruaje sencillo, a buscarlos (porque Benjamin sabe qué pedirle a su madre), y Benjamim estaba demasaiado nervioso. Estaba mordiéndose el labio inferior como siempre, pero dolía como nunca. Cuando mira hacia las escaleras, Margaret va bajando, dejándolo con la boca abierta. Ella realmente es lista y sabe cómo causar una buena impresión. El vestido blanco que había comprado a inicios de año estaba puesto sobre ella, viéndose asombroso. Llevaba un chaleco encima, porque la época del año se presta para un buen chaleco de marca. Los zapatos, unos tacones gruesos de tamaño medio, llaman la atención, porque Margaret no es de las que usa zapatos extravagantes. Los zapatos son tan blancos como el vestido y en ella el conjunto se ve de maravilla. Ben se sonroja al recordar que, frente al padre de la chica, la había llamado "ardiente", cosa que Maggie parece notar de inmediato. Ella sonríe porque quiere y, la verdad, siempre le sonreirá a su Pecas. Aún cuando él se comporta como un verdadero idiota.

Sólo ha de bajar, cuando Benjamin la abraza con todas la fuerza que tiene. Ella sonríe y lanza una carcajada, mientras lo abraza de vuelta. Benjamin está de vuelta. Él realmente está de vuelta. Benjamin la suelta y la toma de la mano, hasta llevarla donde sus padres. Steve y Melanie Davis se miran algo extrañados. Su hija no perdona tan fácilmente, pero perdonar a Ben siempre está en la mente de la joven. Benjamin se acerca a los padres de la chica mientras ésta se sienta en la sala de estar, acomodándose el chaleco. Él sabe que los padres de Margaret no están felices de verlo ahí. Sabe que lo deberían estar odiando, pero no lo hacen. Los señores Davis jamás odiarían a alguien, y deberían recibir un premio, según Ben, por eso. Porque son geniales y punto. Realmente lo son. Steve Davis mira a Benjamin, al mismo tiempo en el que su esposa sale al patio. Ben sólo inhala profundamente.

-Señor Davis, yo...-pero el hombre lo interrumpe.

-Mr.S., Benjamin-un brillo de alegría cruza los ojos del pelinegro.

-Mr.S., yo...-se corrige. Tantea las palabras- Quiero pedirle disculpas por lo que les he hecho pasar. No sé cómo afectó Maggie o a ustedes, pero sé que de alguna forma lo ha hecho. Lo siento, Mr.S.

-Está bien, hijo-una corriente pasa por la espalda de Benjamin. El señor Davis lo había llamado "hijo", y eso era algo que no se esperaba-. Mientras ella te perdone, no tengo porqué tenerte rencor.

-Gracias, Mr.S.

-No es nada, pueden irse tranquilos, Ben.

-Antes de que se vayan-advierte la madre de la chica, entrando al lugar-, creo que deberías llevar esto, Benny.

Melanie Davis le entrega una caja al ojiazul, que la abre, con cuidado. Deja escapar un grito ahogado, de sorpresa. Un montón de notas escritas a mano por la chica de ojos caoba se asomaban. La caja tenía dentro de sus paredes, el nombre de Ben escrito a bolígrafo azul. Benjamin mira a la mujer con una expresión confusa en su rostro. La mujer no tenía ni una gota de perdón en su cara, mas sí de entendimiento. Benjamin comprendía que la madre de la chica que lo esperó, no lo perdonara. Tenía sentido. Así que sólo hizo una oración de dos palabras.

-No entiendo.

-No tienes porqué. Planeaba explicártelo de todas formas, Benjamin-ella ya lo había llamado "Benny" y "Benjamin". Eso no era nada bueno-. Mags no ha presentado, en ningún momento, debilidad porque no hayas estado con ella. No en público. Lo que sí demuestra, son las palabras. No tienes idea de lo que me ha dolido leer esa caja.
"No es justo, Ben. Ella ha sido muy buena contigo. Le debes más que la vida.

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