Es el último examen. Margaret entrega la hoja, resuelta. Se sale del salón, como la profesora ordenó a aquellos que terminaran de contestar la prueba. Toma su bolsa, y se sienta en el primer banco que ve. Mira hacia arriba, y luego cierra los ojos. Siente un líquido en su frente, y se aparta de una vez.. Mira su ropa, mojada de líquido rojo, y se le acumulan lágrimas en los ojos.
-Mírame-le dice una chica rubia.
-Yo...
-¡Mírame!-grita la chica, en susurro, Maggie sólo alza la cabeza-Dí que soy más linda que tú.
-¿Para qué?
-¡Dilo!-vuelve a susurrar la chica, enojada. Desde atrás de la chica rubia, se escucha una puerta-¡Dí que soy más linda, más rica, y más inteligente que tú! ¡Sabes lo que haré! ¡Sabes lo que diré!
-Tú...-empieza Margaret, pero luego calla. Empieza a llorar-Yo... Soy horrib...
-No digas nada, Maggie-dice un chico desde atrás. Margaret suspira, cerrando los ojos-. Largo de aquí, Amy. ¿Por qué no vas con tus amigas, las estúpidas?
-Oh, Benjamin-dice la chica, dándose la vuelta, y sonriendo al chico-. Es una lástima que seas amigo de una pobretona como ella-dice, señalando a Maggie. "¿Pobretona?" Se pregunta la misma-. ¡Puedes sentarte con nosotros en lo recreos! Estás en el equipo de fútbol. No puedes juntarte con gente como-mira a Margaret de reojo, con una cara de asco, que a Ben le dan ganas de partirle la cara. Pero, lamentablemente, Amy es una chica-...esa...
-No voy a permitirte esto, Amy. Largo de aquí, no es tu salón de clases.
-Está bien, Ben...-dice la voz de Maggie, a penas audible-Estoy bien, en serio.
-¿Ves, Benjamin? Tu amiga, la pobretona...
-No la vuelvas a llamar así-se abre la puerta, y alguien sale del salón.
-Ehm...¿interrumpo algo?-pregunta el chico, que luego ve a Margaret llorar, y sonríe-Oh, ya veo. Amy, ¿por qué no me invitas a tus fiestas?
-Oh, querido Roger-dice ella, actuando como dama del siglo XVIII-. No quería... Yo, ¡oh! ¡No sé como hablarte, si quiera!-sigue, imitando el agudo acento de ese entonces.
-¿Te estás burlando de las los libros que lee Maggie?-pregunta Ben, con los puños cerrados. Corre hacia Margaret, la agarra por el brazo, hace que se levante, y la abraza.
-Oh, no. ¡Pobres libros! ¿Cómo crees que haría algo como eso?-dice Amy, que no se había dado cuenta que la conversación había tomado un volumen más alto- Me estoy burlando de lo estúpida que es tu amiga, creyendo que los hombres son iguales a nosotras. Es obvio que, según nuestros principios, el hombre es más que la mujer. Sobre todo, de la mujer de clase media. Y yo soy de clase alta, ¿no es así, Roger?-el pelinegro sólo asiente-Por lo tanto, debería tener a quien quiera. Y te quiero a tí, Benjamin. Porque eres la imagen perfecta que necesitaré cuando seamos mayores, ¿te imaginas eso?-por cada palabra que ella pronunciaba, Maggie lloraba más, Ben la acercaba más, mientras se asqueaba de la forma de pensar de la rubia; y Roger se admiraba, por la "inteligencia" y "sutileza" con las que ella pronunciaba las palabras. Maggie sintió algo romperse detrno de ella, porque Amy se había pasado al reclamar a Ben. Y Ben no hizo más que apegarse a Margaret.
-Suficiente-dice la voz de una adulta, desde atrás de Roger. La profesora Anderson-. Lo siento por sus padres; pero Amy, Roger: a la oficina del director.
Maggie y Ben se quedan en silencio. La profesora los deja ir a la enfermería, con un pase especial. Para que Margaret se tranquilice un poco. Con bolsas, y todo; ambos corren escaleras abajo, y entran a la sala de color blanco. La enfermera Mary los saluda, y, al ver a Maggie, asiente, y los lleva al cuarto secundario, escondido detrás de la repisa de medicinas. Le deja un abrigo grande a la chica. Margaret se sienta en la camilla de la derecha, mientras siente la puerta cerrarse detrás de ella. Benjamin se sienta en la silla que está al lado de la camilla. Nadie dice nada. Maggie mira al suelo, y empieza a llorar, desconsoladamente. Ben cierra los puños, y le pega a la camilla.
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Una Historia Real
Teen FictionMargaret Davis es una chica callada, tímida, adorable, linda y extremadamente inteligente. Benjamin York es un chico tierno, simpático y listo. Sus vidas no se cruzan por lo que se llama el destino. Su destino se cruza porque los caminos a los que...