Capítulo 9

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Benjamin mira los escaparates de las tiendas. No encuentra un regalo apropiado para Margaret. Se supone que su madre se reencontrará con él y ella dentro de dos horas; mas no consigue nada que la chica no tenga. ¿Libros, quizá? Libros. Toma un curso completamente distinto al que está, y se dirige al tercer piso del centro comercial. Justo al lado del cine, la librería. Sólo ha de entrar, cuando ve a cierta señora.

-¿Benjamin? ¿Ben York?

-Buenos días, señora González.

-¡Benjamin! ¡Tanto tiempo sin verte! ¡Estás tan alto! ¡Te ves de maravilla!-él sonríe.

-Bueno, Inglaterra nos hace a todos un poco más distintos.

-¿Inglaterra? ¡Oh, Ben! ¿Y qué haces por América si vienes de tan lejos!

-Uh, señora González... Mi padre murió en un accidente de tránsito en Londres. Mi madre, mi amiga Margaret y yo, vinimos para esparcir sus cenizas.

-Oh, Ben. Lo siento tanto. Tu padre era un hombre encantador, típico ingles. Era muy correcto. Pero, ¿Margaret, has dicho? ¿Maggs Davis?

-¿La conoce?

-¡Cómo no voy a conocerla! Amaba venir a esta librería. A todas, pero hablaba mucho conmigo. Así que, ¿también se había ido a la gran Europa, eh? Inglaterra; ¡quién lo diría! ¿Y ha vuelto? ¡Vaya alegría!

Ben sonríe. ¿Así que su Caoba es más que una persona querida? Eso era obvio; nadie podría sólo quererla: a ella hay que amarla, porque lo vale. Pide permiso, y se va a ver los libros. Termina mirando algunos en inglés, puesto que todos los que están en español, los ha leído Maggie. Termina comprando varios libros, con la tarjeta de débito que le dio su madre. Luego le agradecerá. Todos los libros son de una escritora en especial. No quería comprar libros de John Green, puesto que los padres de ella le van a regalar el book set. Después de todo, John Green era su escritor -hombre- norteamericano favorito. Eso, sin contar a Dan Brown. Pero los libros que Pecas había escogido, no eran de ninguno de éstos escritores. Eran los seis libros de Gayle Forman. Se puso a mirar los títulos.

-Son libros muy bellos, Benjamin-dice la señora González.

-Para Margaret-menciona el.

-¿Quieres que se los envuelva? Puedo envolverlos por secuelas-él asiente-. Bien. If I stay, con Where she went. Just one day con Just one year y Just one night. Y I was here, va solo. Listo. Puedes decir que tienes tres regalos, cuando son seis; o, bien, sólo uno. Voy a envolverlos. Ahora vengo.

Benjamin se queda esperando. Sonríe. Le dice a su madre, por teléfono, cuál va a ser su regalo. Su madre contesta afirmativamente, y le pide que no sean más de doscientos dólares. Él sonríe. Le dice que no hay problema, y sigue esperando por los regalos. De repente, mira hacia unos libros que él quería; mas no los toca: no quiere gastar dinero en regalos que no sean para Margaret o para su madre; y el regalo de su madre -ropa, de hecho-, ya lo tiene. Mira hacia un lado, y observa los libros. No debe comprarlos, aunque los quiera. Sus compras sólo son para ellas, se recuerda. Pero en serio quiere al menos cuatro de esos libros. De repente, la señora González regresa, y le entrega las bolsas con los regalos. Tres bolsas, le entrega; y todas tienen dentro al menos un libro, y Ben nota que tiene escrito en los regalos "Para Maggie, de Benjamin. Feliz Navidad." Sonríe. Luego le dice a la señora González que le envuelva otro libro. Y dos cosas más.

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Margaret sonríe, mientras se toma un Smoothie. Fresas, moras y más fresas. Mira la librería. Ben recién sale, y decide entrar. Ya sabe que le comprará un libro, además del regalo que le tiene de antes. Entra a la librería, y saluda a la señora González. Señora que, media hora atrás, había saludado en la misma librería, prediciendo que Ben entraría a comprarle algo. No logró divisar la bolsa, ni el tamaño. Sólo entra, y dice una frase, señalando unos libros.

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