Margaret llora ante la noticia que le dan, no puede creer lo que le dicen los oficiales. Niega, y siente que se le revuelve el estómago. Ben aún duerme, pero llamaron de la comisaría para dar una noticia importante. Maggie no se esperaba esa clase de noticia.
-¿Que él... Qué?
-Fue un accidente de tránsito, señorita Davis.
-Pero... ¡Pero Ben!
-Su amigo estará bien.
-¡No lo estará! ¿Cómo se supone que le vas a decir eso a un chico de trece años?
-Lo lamento, Maggs-ella asiente, respondiendo al apodo que le tienen los oficiales. El oficial se va por donde llegó y mira a Margaret con tristeza. La tragedia le afectará más de lo que parece.
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Maggie entra a su habitación. Ahí está Ben, recién despierto. Ella sólo suspira.
-Hola, Ben.
-¡Maggie! ¿Dónde estabas?-dice un Benjamin muy adormilado.
-Abajo. Yo, eh... Ay, Ben.
-¿Qué? Margaret, ¿todo bien?-ella suspira.
-No.
-¿Entonces?
-Ben, tus padres tuvieron un accidente.
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Benjamin llora. Junto a la camilla de su madre, todo parece estar oscuro. Sólo que el día está más claro de lo normal. No pareciera que hubiese pasado nada, pero el ambiente se ve demasiado tenso. Tiene un mal presentimiento, pero prefiere pensar en que su madre está frente a él, luego de un accidente del que salió viva. Viva. Esa palabra se hace esperanzadora y cruel ante los ojos de Margaret y Benjamin.
Margaret teme decirle lo demás. Teme decirle a Ben porqué no ha visto a su padre. Teme que Ben de rompa en pedazos pequeños. Teme que no lo soporte. Suspira. Siente las lágrimas caer por sus mejillas, y las aparta. Debe permanecer fuerte, por Ben. El verlo de espaldas a ella, tratando de ver si su madre da señales de entender que él está allí, la hace sentirse lejana a todo. Pero empieza a llorar. No él, que ya está llorando. Ella. Maggie se derrumba. Su profesora y amiga del país del que nació está en una camilla, luchando por respirar. Oh, Maggie. Ella estará bien. Margaret mira hacia el suelo, y se recuesta a la pared. Poco a poco, se va deslizando, mientras se tapa la cara. No puede evitar el llanto.
Benjamin escucha a Margaret llorar. Mira a su madre, sus ojos cerrados. Sus blancas manos. Luego cierra los ojos, se levanta, y camina hacia su mejor amiga. Suspira. Se agacha, y la abraza. Pero empieza a llorar. Su madre está en una camilla, luchando por respirar. Y, para empeorar todo, Ben se da cuenta de lo que está atormentando a su Caoba. Cinco palabras del doctor que entra al cuarto.
-Ben, tu padre está muerto.
Y luego, llanto.
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Margaret mira a Ben. Observa melancólicamente, de reojo, el cabello del pecoso, con los ojos aguados. Trata de calmarse, pero no puede estar tan fuerte como quisiera. Ella no es lo suficientemente fuerte como para levantarse. Benjamin llora tan desconsoladamente, que a Maggie se le parte el corazón en dos. Y lo abraza tan fuerte, que teme bloquearle el aire. Pero a él no parece molestarle. Él sólo se acerca más a ella, y deja su cabello en el cuenco que se forma en el cuello de la chica. Llora. Ella hace lo mismo, en la misma posición que él. Pero ella llora en silencio. Sus brazos, débiles, se encuentran sobre los hombros de su querido Pecas. Los brazos de él cruzan la cintura de ella, que se empieza a formar. A pesar de estar sentados uno frente al otro, en una posición que al que los viera, le parecería incómoda, a ellos no parece importarles. Después de todo, ellos se están consolando. Y están para ellos. Él esconde su cara en el espacio del cuello de ella. Ella, con nervios, acerca su mano a su cabello.
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Una Historia Real
Teen FictionMargaret Davis es una chica callada, tímida, adorable, linda y extremadamente inteligente. Benjamin York es un chico tierno, simpático y listo. Sus vidas no se cruzan por lo que se llama el destino. Su destino se cruza porque los caminos a los que...