Cap.33

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Los menores se hayaban en un parque cercano, comiendo sus helados. Desde el primer jadeo que se escuchó proveniente de la cocina, todos decidieron salir de aquella casa. Así que ahí estaban, rodeados de sus staffs, quienes trataban de que las personas que pasaban por allí no los reconocieran.

El primero en decir algo fue Yunho -Entonces.... ¿cuántas veces?

-Yo apuesto por dos -contestó Wooyoung.

-Yo 3 -agregó Yeonsang.

-Yo 1. No creo que Hongjoong-hyung lo deje liciado.... ¿verdad?

-Jongho, eres demasiado inocente -le dijo Mingi.

-Mm, yo digo que 2 también -sumó San.

-¿Quién apuesta por dos? -les preguntó Yunho, mientras se sacaba la cuchara con el postre de la boca.

-Nosotros -dijo el Woosan.

-¿Quién por 3? -Mingi, Yeonsang y el propio Yunho levantaron la mano.

-Y yo 1 -agregaba Jongho, sintiendose dejado de lado.

-Bien, entonces el Woosan 2, nosotros 3, y Jongho 1. El que pierde, lavará el baño y la sala mañana.

-¡Hecho! -respondieron todos, antes de ser llamados por su manager para que entraran a la camioneta, con destino a la compañía. Su medio día de descanso, se había acabado.

Eran las 19 hs, y el grupo se encontraba ensayando . Parecía broma, pero era anecdota: Seonghwa de verdad tuvo que pedir un permiso para no bailar con la misma energía que sus demás compañeros. Con la excusa de que no había dormido bien y le dolía todo el cuerpo, fue concedido su pedido. Pero de verdad todo le dolía, especialmente su pelvis. Hongjoong no mentía cuando dijo que iba a ser duro.

El peligrís seguía la coreografía lo mejor que podía, pero no realizaba los pasos al 100%. Llevaban 3 horas practicando, y todos estaban cansados, aun que esa era la rutina diaria. Un mitad rubio, mitad pelinegro se acercó al mayor y le dijo -Hyung ¿te puedo preguntar algo?

-Dime, Woo.

-¿Desde cuándo las marcas de nacimiento vienen en forma de dedos?

-¿Qué? -la pregunta le sonó tan extraña al peligris, que no pudo ocultarlo.

-Es que tienes 5 marcas moradas en formas de dedos a cada lado de tu cintura -respondió divertido.

El preguntado se inspeccionó rápidamente el cuerpo, notando efectivamente que las manchas rojizas violaceas se veían donde el pantalón no cubría.

-No digas ni una palabra sobre esto -sentenció el mayor, mientras Wooyoung solo se reía histericamente.

¡TOMEN UN DESCANSO! -gritó el coreografo, a la vez que cambiaba de música, y ponía "Dreamers".

Todos fueron por agua y se sentaron unos minutos a reponer fuerzas.

-Toma -el peliazul le ofreció una botella y una aspirina al adolorido Seonghwa -Te ayudará con el dolor.

El mayor de Ateez agradeció aquella pastilla, y, luego de tomarla, apoyó su cabeza en el hombro del lider. Su lugar de descanso era allí.

-¿Te sientes muy mal? -le preguntó el peliazul.

-Un poco. Pero con el médicamento y estos minutos, estaré mejor.

El menor se encargaba de acariciar la suave cabellera de Mars a modo de disculpa por causarle ese estado, mientras su novio disfrutaba cada toque. A su alrededor, los miembros conversaban y se reían con los bailarines de apoyo. La bulla no lograba irrumpir en la burbuja de ambos amantes.

Al terminar los ensayos, el grupo se repartió proporcionalmente en cada auto. Yunho, Yeonsang, Seonghwa y Hongjoong iban juntos en uno, con los mayores sentados atrás. Por eso, los menores necesitaban darse vuelta para ver enternecidos la escena: sus hyung's viajaban dormidos, con las manos entrelazadas y el peliazul recostado sobre el contrario. Era un hermoso cuadro que quedaría grabado en la memoria de ambos observadores.

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Al siguiente día, una gran sorpresa se llevaron los mayores al levantarse y ver al Woosan limpiando la sala y Jongho lavando el baño.

-Se que son mis niños, pero nunca fueron muy amantes de la pulcritud, entonces ¿qué esta pasando ahora? -inquirió el curioso Park.

-Seguro perdieron algún juego o una apuesta -razonó Hongjoong mirandolos.

-Así es hyung. Ellos perdieron y ahora estan pagando -les explicaba Mingi desde el sillón. A su lado, Yunho gritó en dirección a sus ocupados amigos -¡LES DIJIMOS QUE FUERON TRES!

-¿Tres qué?

-Tres veces hyung -respondió Yeonsang mientras tomaba un batido.

Los recién llegados no entendían nada, pero tenían otras cosas que hacer así que, luego de desayunar, les avisaron a sus menores -Nos iremos unas horas. No destruyan nada, no quemen nada y, sobre todo, no maten a nadie -Ante los asentimientos de cabezas, Seonghwa salió por la puerta, siendo seguido por el peliazul, quién en un instante frenó y mirando a los restantes dijo -Y fueron 4, no tres -dejandolos boquiabiertos.

-¿Cogieron 4 veces en dos horas? -preguntó sorprendido Wooyoung mientras se acercaba corriendo a los miembros sentados.

-Wow, la resistencia de Hongjoong-hyung es increible -aplaudía Mingi.

-Digno del lider -agregó Yeonsang.

-Con razón Seonghwa-hyung casi ni podia bailar -decía pensativo Jongho.

-¿Bailar? Ni sé como caminaba -explicó San.

Todos se quedaron meditando ante la revelación de su lider. Por que este último había tenido tiempo suficiente en el desayuno, como para darse cuenta de lo que habían tramado sus menores.

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Los dos jovenes salieron con la cara cubierta (cubrebocas y gorras) y ropa relajada. No querían llamar la atención, así que fueron directamente al lugar donde la vendedora se encargaba de explicarles amablemente todos los beneficios de la cama en frente suyos. A la vez que prestaban atención y probaban las diferentes almohadas, un auto esperaba en la entrada de la tienda.

-Este ejemplar de aquí es de los más pedidos por las parejas. El colchón es suave, pero firme a la vez. Su tejido permite distribuir muy bien el peso corporal, asi que es muy comodo para dos personas.

-Oh, ya veo -respondía el lider -¿Qué te parece?

-Se vé muy bueno. Me gusta. ¿A tí?

-También. Nos llevamos este entonces -dijo el peliazul a la vez que procedía a pagar con tergeta.

-Muchas gracias por su compra. ¿Desean que nuestro servicio de entregas se lo lleve?

-No gracias. Trajimos un camión nosotros -y dicho eso, la cama junto con las almohadas nuevas, fueron cargadas a aquel mediano vehiculo de carga.

La empresa de la cuál habían hecho la compra y los dueños que manejaban aquel camión eran conocidos de la pareja. Estaba bien que llevaran una relación abierta, pero dar a conocer que se habían comprado una cama juntos era demasiado para la Corea conservadora. Por este motivo habían decidido tomar todas las precauciones. Así, ni los choferes de la tienda de colchones conocerían la ubicación de entrega: los dormitorios de Ateez. Solo ellos, y sus amigos de confianza.

De más esta decir que los demás miembros le dieron la bienvenida a la nueva poseción de sus hyungs, saltandole arriba. Alabado sea el resorte que tenían los colchones o ya estarían muertos.

•La ayuda de un amigo• Honghwa/Seongjoong AteezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora