Cap.32

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Arrebatarle las cartas de las manos al lider, no fue la mejor desición que Seonghwa hubiera podido tomar. Pero lo hizo, y ahora tenía al peliazul en frente de él con cara de pocos amigos y una ceja levantanda. La había cagado.

-Park Seonghwa ¿por qué me sacaste el correo de las putas manos?

-Perdon Joong, no lo pensé bien -intentó excusarse.

-Se nota. Devuelvemelo.

-No hace falta.

-Seonghwa. Damelo.

-No.

-¿No?

-No.

-Bien. Te enseñaré buenos modales entonces -dijo Hongjoong procediendo a sacarse el cinturón. Esto se iba a poner feo, y los menores lo sabían. Así que tomando el helado, salieron lo más rápido que sus pies les permitieron.

-Kim Hongjoong ¿qué crees que vás a hacer con eso? -preguntaba un atemorisado Seonghwa. Las únicas personas que lo habían disciplinado con un cinto en toda su vida habían sido sus padres, y había pasado cuando él era un niño travieso. Pero ahora estaba en sus 20s, no sería igual ¿verdad?

-¿No te enseñaron a respetar a tus mayores, Seonghwa? -preguntó el lider, a la vez que empujaba suavemente a Seonghwa, encerrandolo contra la mesa con un brazo a cada lado de su cuerpo.

-Tecnicamente soy tu hyung.

-Y yo tecnicamente soy tu lider ¿o no?

El peligris tragó saliva.

-Contestame Seonghwa -ordenó, y tomó con fuerza la cadera del mayor -¿soy tu lider o no?

Seonghwa nunca había visto los orbes del menor tan oscuras, y quizas eso, junto con la mano en su cintura enviaban descargas a su pelvis.

-Sí, eres mi lider -contestó con su respiración entrecortada.

-Bien. Haré uso de mi autoridad entonces. Manos -ordenó y sin resistencia se le fueron dadas. Con su cinturón, ató las manos del peligrís y las subió -Ahora, te explicaré como haremos esto. No tienes permitido hacer nada de lo que te prohiba desde este momento. ¿Comenzamos?

La sonrisa del peliazul era la más tenebrosa que pudiera haber hecho. Mientras con una mano sostenía en alto las del contrario, con la otra se encargaba de agarrar su cuello. Escaneaba con la mirada cada centimetro del peligrís, hasta llegar a su manzana de Adan. Acercó sus labios a ella, y dejó que el mayor echara su cabeza para atrás al sentir su respiración en aquel lugar. Empezando por besar cada parte de la piel blanquecina, fue subiendo hasta la oreja y le dejó una mordida juguetona. Soltó su cuello, y le desabrochó la camisa, botón por botón, convirtiendolo en una tortura para Seonghwa.

Su piel se estremeció al recibir los frios dedos del lider, causando que sus pezones se erizaran. Una reacción preciosa para el peliazul, quién aprovechó para comenzar a morderlos y chuparlos. Jadeos fueron arrancados de la garganta del mayor, mientras la erección en sus pantalones exigía atención.

-Joong... ¡ah!

-Shh -el peliazul puso un dedo sobre sus labios y le advirtió -No puedes hablarme. Ni una palabra Park -y metió una mano en sus pantalones.

El peligris apretó su boca contra su brazo lo más fuerte que pudo, solo para callar los gemidos que le eran producidos por la mano de su pareja. Lento pero constante, así era el ritmo. Mientras besos eran repartidos por todo su abdomen, un cosquilleo se comenzaba a instalar en su parte baja.

-Joong.. me vengo -dijo.

-Uh, te prohibí que hablaras Park. Serás castigado -le avisó el lider, antes de subirlo a la mesa y arrancarle los pantalones. Con extrema rápidez, engullió el miembro de Seonghwa a la vez que metía dos dedos en la boca de este. Aún con el extasís, el peligris chupó con vehemencía ambos falanges. Sin previo aviso,el menor los ingresó en el mayor, siendo recibido por las paredes de su entrada.

Los gémidos de dolor fueron remplazados por los de placer, y esta vez Hongjoong hizo el enorme favor de avisarle a Seonghwa con un simple -"Te voy a follar tan duro que necesitarás pedir un permiso de los ensayos".

Le abrió las piernas, y se introdujo en su interior sin pausa. Ni el grito del mayor pudo ser evitado, ni sus uñas clavadas  en la espalda del peliazul. La primer estocada fue fuerte, siendo seguida por otras más suaves.

-Eres un imbecil -le dijo Seonghwa con los ojos abiertos y el ceño fruncido.

-¿No aprendes no?

El agarre en la cintura se hizo tan fuerte, que al peligris le quedarían moretones después. Sin delicadesa, el lider entró más pronfundo con una, dos, tres estocadas. Los sonidos de la mesa al ser movida con tanta fiereza se escuchaban por toda la cocina. Seonghwa podría jurar que en cualquier momento se desmayaría por tanta excitación. Su entrada era ultrajada una y otra vez sin compación, y él no podía sentirse mejor. Aferrandose con fuerza a los brazos del menor, besó con fuerza sus labios hasta que sintió pequeñas gotitas de sangre. Intentó separarse, pero su cuello fue atraído nuevamente por el contrario, uniendose en un beso más profundo. Sus lenguas luchaban por el control, pero sus cuerpos se unían cada vez más.

-Joong, esta vez de verdad no puedo pararlo.

-Vente para mi, Park.

El peligris se vino entre ambos cuerpos, sintiendo uno de los orgasmos más potentes que había tenido. Dentro suyo, el menor seguía moviendose con ímpetu, hasta que el semen salió expulsado de su miembro.

Salió del mayor, recostandose en su pecho. El peligris trataba de recomponerse, pero su cuerpo entero jadeaba. No supo como ni cuando, pero ahora se encontraba dado vuelta, con el estomago sobre la mesa. En su oido, un susurro acompañado de una ligera risa se escuchó: "Prepara este culo Park. Tendrás que recibirme de nuevo"

Ese día, se perdieron las cuentas de las veces que ambos cuerpos se unieron como uno solo.

•La ayuda de un amigo• Honghwa/Seongjoong AteezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora