Mundo abajo.

18 0 0
                                    

Toco la puerta de la habitación de Chase y escucho a Vanessa.

-¿Qué quieres?

-Hablar.

-Lárgate.

-Bueno, no creo, si quieres que el dolor pare tendrás que hablar conmigo. –la oigo suspirar.

-Entra. -entro y todo está oscuro. –Cierra la puerta. –cierro y ella se abraza a sí misma. - ¿Qué quieres?

-Quiero saber algo y es mejor que seas sincera porque si no le diré a Joswell que se meta en tú cabeza y no será bonito.

-Bien. –me acerco.

-No lo hagas, tú sangre...

-Lo siento. –retrocedo. - ¿Estás arrepentida?

-¿Por todo lo que hice? –una lágrima cae por su mejilla y mira a otro lado. –No. –suspiro.

-Eres una idiota. –se limpia una lágrima. –Vanessa, sé que te duele, no puedes dormir y sientes que estás sola, lo sé. –me mira. Tenía lágrimas en sus ojos. –Pero Gael te ayudará.

-No lo hará, lo oí...

-Hablé con él y te ayudará.

-¿Por qué eres buena conmigo?

-Porque estoy cansada de odiar y no es tú culpa que tú padre haya sido él, también entiendo lo que sientes.

-Lo siento. –dice sollozando.

-Vanessa...-me acerco.

-No te acerques, es por tú bien.

-Lo sé. –se limpia las lágrimas. –Mañana él vendrá a ayudarte ¿sí? –asiente. –Le diré a Chase que te traiga algo de comer.

-Está bien. Gracias. –sonrío y salgo.

-Eres un amor con la chica. –dice Joswell.

-Tú me entiendes. –se ríe.

-¿Sabes dónde se metió mi hermano favorito?

-¿No está contigo? Es una novedad. –nos reímos. –Pero no sé, supongo que está con Chase. –piensa.

-Lo buscaré. –se va, me dirijo a la habitación de Gael, entro y me mira.

-¿Acaso nunca sales? –se encoge de hombros.

-¿Hablaste con la neófita?

-Sí, lo hice, está arrepentida, mucho. –me mira. - ¿Qué tal si comienzas mañana?

-¿Me puedo rehusar? –niego. –Entonces mañana. –sonrío.

-Eres un amor. –se ríe. –Nos vemos más tarde. –salgo. Me dirijo a mi habitación. Me ducho, me visto y salgo. Me acuesto para escribirle a Brody, pero no me contestaba, suspiro y me quedo acostada.

Las horas habían pasado y estaba oscureciendo, me levanto y me dirijo a la oficina de Joshua, estaba sentado observando a Joswell y Strauss pelear, niego y me acerco a él.

-¿Podemos hablar?

-Claro. –me siento. - ¿Sobre qué?

-Escuché que Gael no quiso ayudar a Vanessa. –suspira.

-Y tú tampoco.

-¿Me culparías?

-No, pero te agradecería si me ayudaras.

-Entonces agradéceme, la ayudará, mañana. –sonríe.

-Deberíamos asesinarla. –dice Strauss.

HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora