El Comienzo.

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6 años atrás.

Narra narradora.

-¿La tienen? –dice una mujer de cabello castaño y ojos marrones, levemente morena, preocupada al borde de las lágrimas a un hombre pálido, cabello rubio y ojos azules que está serio.

-Sí. –dice sin más. Siempre fue serio y de pocas palabras en momentos críticos.

-No puede ser...-dice la mujer desconsolada. –Mi bebé no...

-Escucha, Caroline...-le dice a la mujer. –Haré lo que sea necesario para traerla, es nuestra hija y no permitiré que le hagan daño ¿está bien?

-¿Le dirás a Joshua y los demás?

-Tengo que hacer esto sólo, no los arriesgaré.

-Joseph, si vas...

-Estaré bien, mi amada, no te preocupes. –le dedica una sonrisa como lo hacía cada vez que algo andaba mal y ella a eso le calmaba.

-Está bien. –lo abraza. –Vuelve con nuestra pequeña, te amo. –él deposita un beso en sus labios y le dice.

-Yo siempre te voy a amar Caroline. –ella sonríe y él se dirige rápidamente al bosque.

En el bosque.

Una niña de 12 años, rubia, tez blanca y ojos azules, está sentada en el suelo dentro de una pequeña choza, atada de su pie a un gran tubo de hierro. Dos personas entran, específicamente un chico de unos 20 años, alto, cabello café, ojos avellana y piel levemente tostada, y una chica de 19 años, cabello rojo, levemente morena, ojos verdes y con mal humor. Se acercan a la niña y ella mira ambos un poco atemorizada. La chica se acerca.

-Deberíamos asesinarla. –dice viéndola con desprecio.

-Sé que tienes tantas ansias como yo de que muera, pero debemos esperar a que el pez gordo aparezca. –dice sonriendo cínicamente, ella lo mira.

-Déjenme ir, mi mamá...-dice la niña levantándose, la miran. –Debe estar buscándome. –continúa.

-A ver, mocosa...-dice la chica. –Si no quieres morir ahora es mejor que te calles. –la niña comienza a derramar lágrimas.

-Me quiero ir, ni siquiera los conozco...-el chico se acerca y le da una cachetada haciéndola caer sentada, ella solloza mientras soba su mejilla roja. - ¿Por qué lo hiciste?

-Si vuelves a hablar te irá peor. –dice fríamente. –Vamos Cristina, nuestro amigo debe estar por llegar. –salen y la niña se queda sola aún sobando su mejilla, se limpia las lágrimas, mira a todas partes para buscar una salida.

-Mi hermano suele hacer eso. –dice un niño de 13 años entrando; cabello castaño, ojos avellana, piel levemente tostada; se acerca y ella lo mira seria, por mucho miedo que tuviese no le mostraría su cobardía a nadie más, eso era lo que le había dicho una persona en sus sueño. No muestres debilidad ante nadie, Victoria, eres fuerte, no debes dejar que te hagan sentir acobardada. Esas eran las palabras que siempre recordaba y siempre se las repetía.

-¿Quién eres?

-Me llamo Brody Moonwalk, tú debes ser Victoria.

-¿Cómo sabes mi nombre? –él sonríe.

-Lo escuché. –se escuchan lobos aullar y ella da un respingo, él la mira curioso. - ¿Te aterran los lobos?

-No. –dice seria. Sé valiente, sé valiente... se repite ella mentalmente como siempre. –Sólo me dijeron que me alejara de los lobos, son peligrosos. –él baja la mirada tristemente. Le gustaba y estaba feliz de que hubiese alguien de su edad con quien hablar, sobre todo si era una niña bonita como ella, pero le entristecía que pensara eso.

HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora