Promesas.

97 5 0
                                    

El vampiro que había atacado a Victoria anteriormente se arrodilla ante la figura que está parada con los brazos cruzados al frente de él. Como puede dice.

-No pudimos...-la figura alza una mano haciéndolo callar inmediatamente.

-Son unos incompetentes, no hacen nada útil...

-E-Ella es muy fuerte. –lo mira con ira.

-¿Me has interrumpido, Gillian? –el vampiro baja la cabeza esperando su castigo.

-Perdóneme, pero si quiere puede verlo por usted misma. –mira a la figura que ahora sale a la luz de la luna.

Una mujer que no aparenta más de 31 años, alta, esbelta, cabello rojo y ojos rojos, anteriormente sus ojos eran verdes, pero cuando la convirtieron en vampira sus ojos dejaron de serlo.

-Déjame ver. –dice colocando estirando su mano con sus largas y afiladas uñas, perfectamente pintadas de color carmesí, para posarla sobre la cabeza de Gillian. La mujer comienza a ver la escena sucedida como si hubiese poseído su cuerpo. Al soltarlo ella sonríe ampliamente.

-Se lo dije, señora...-lo hace callar de nuevo.

-Esto es más espectacular de lo que pensé. –su mirada cambia a una mirada de demencia. -¡La chica es más fuerte que su padre! –Gillian se levanta mirándola con temor. –Puede controlar a muchos... y no solo vampiros, sino licántropos también y humanos...-suspira con excitación. –La quiero Gillian, quiero a la chica.

-Pero Lady Carmín...-lo mira con frialdad y se calla.

-Esta vez iré yo, pero necesito que despiertes a Dante, dile que es hora de cazar. –Gillian asiente yéndose rápidamente. –Haré que tú hija sufra como yo sufrí, Joseph. –dice con una sonrisa psicópata en su rostro.

Narra Victoria.

-No lo repetiré de nuevo, Vanessa, así que habla. –digo furiosa. Ella baja la mirada con la mano en su brazo y noto que está malherida.

-Está herida. –dice Chase acercándose a ella.

-No me interesa si está muriendo, tiene que largarse.

-Victoria tiene razón, intentó asesinarnos, varias veces y sin contar que nos torturó. –dice Brody.

-Todo mundo quiere asesinarte, pulgoso. –dice Chase. –Deja el drama. –aprieto mi mano fuertemente.

-Sí, sanguijuela, todo mundo quiere asesinarme y está bien, para mí es normal, pero ella...-me señala. –Se supone que la tienes que cuidar ¿o estoy equivocado? –Chase se queda callado.

-Estos niños. –dice Joswell suspirando. –A ver, ¿qué viene a hacer una Van Hellsing aquí? –Vanessa abre la boca y deja escapar un suspiro de cansancio.

-Si no tienes nada que hacer, lárgate. –digo.

-Yo...-se queja llevándose la otra mano a un costado y se deja caer, antes de que toque el suelo Chase la sujeta.

-Está mal herida. –dice Chase con Vanessa en sus brazos.

-Lo repetiré de nuevo, no me interesa si está muriendo, tiene que largarse.

-¿Y qué quieres que haga? ¿Qué la deje en el bosque? –dice serio.

-No me importa donde la dejes, llévatela.

-Al menos deja que se descanse, luego se irá.

-Podríamos interrogarla. –dice Brody y lo miro.

-Está bien, pero si intenta algo...

-La asesinamos. –dice Joswell tranquilamente y asiento.

-Bien. –dice fríamente. La acuesta en el sofá. –Hay que curarla. –la tensión en su voz es notable.

-Hazlo. –digo.

-No puedo.

-Así son las sanguijuelas, cariño. –dice Brody y lo miro.

-Tú novia es uno...

-Ni siquiera te atrevas a terminar...

-Estaré fuera. –dice Joswell saliendo.

-¿No sabes curar a alguien? –digo y me mira.

-No es eso.

-Él podría llegar a asesinarla. –dice Brody. –Por la sangre.

-Pensé que los Van Hellsing tenían verbena. –se queda callado.

-No lo vas a pedir, lo sé. –dice Brody acercándose a Vanessa. –Necesito varias cosas. –me mira. - ¿Podrías traer agua, algunos paños y alcohol?

-Está bien.

Al rato de que Brody termine de curar y limpiar sus heridas se acerca a mí.

-Mira el lado positivo. –se acerca aún más a mí. –Podemos estar juntos un poco más de tiempo. –sonrío.

-Tienes razón...-me da un beso. –Pero me siento cansada ¿me acompañas a dormir? –sonríe ampliamente.

-A dónde quieras. –mi corazón se acelera ante esas palabras y no puedo evitar sonreír como idiota. - ¿Vamos? –asiento y lo halo de la mano. Subimos a la habitación y cierro la puerta tras de mí, me mira.

-Esta será la última vez que nos veamos ¿cierto? –se queda callado. -Bro...

-Prometí que te buscaría.

-¿Cuándo? –va a hablar y me le adelanto. –No me mientas. –suspira.

-No lo sé. –murmura y suspiro. –Pero lo que si sé es que te amo y eso no cambiará. –sonrío y se acerca. –No importa cuanto tiempo estemos lejos no te dejaré de amar. –una lágrima cae por mi mejilla y me besa.

-Te amo. –sonríe y lo beso, intensifica el beso. Me quita la camisa mientras me besa, le quito la de él mientras retrocedemos hacia la cama.

-No será la última vez. –me dice entre besos.

-¿Lo...? ¿Lo prometes?

-Lo prometo. –me quita la ropa y hacemos el amor por última vez.

HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora