Otra neófita.

35 1 0
                                        

Narra Mía.

-¿Sabes que Brody se enterará que no fuiste de caza? –me dice Amalia.

-Solo...no quiero lastimar a ningún animalito. –me abrazo a mí misma. Sé que tenía que cazar, pero no podía, si lo hacía terminaba vomitando.

-Mía. –dice Amalia. –Si no cazas te pueden sacar de la manada, un lobo sin manada es...peligroso.

-¿Qué quieres que haga si no puedo? –digo con la voz entrecortada y ella suspira.

-Sé que es difícil al comienzo porque te entiendo, no nacimos como un lobo, nos hicieron y sin dejarnos decidir, pero no quiero que te saquen de la manada, me caes bien y te has vuelto mi amiga, por eso te lo digo, Mía. –me limpio una lágrima.

-Es que...-siento llegar a Brody y miro la puerta, se abre y él entra.

-Todos los cachorros están cazando a excepción de ustedes dos. –cierra.

-Decidí tomarme la noche libre, creo que pesqué un resfriado. –dice Amalia. –Y mi olfato está mal. –estornuda. Era cierto, ayer tenía fiebre, pero yo no tenía excusa.

-¿Has tomado algo? –le dice Brody.

-Antibióticos y yerbas, me he sentido un poco mejor.

-Está bien. –me mira. - ¿Tú? –miro el suelo y suspira. –Amalia ¿nos dejas a solas?

-Pero...-la miro.

-Sal.

-Bien. –ella sale y trago grueso.

-Me temes. –niego mirando el suelo. –No tienes por qué hacerlo. –lo miro. –Hago que caces porque no quiero sacarte de la manada. –se sienta dónde estaba Amalia. –Entiendo que no quieras cazar, yo tampoco quería cuando estaba pequeño, era terrorífico.

-No puedo quitarle la vida a un...pequeño animalito.

-Lo sé. –lo miro de nuevo y él sonríe cálidamente. –Pero si no cazas no avanzas, además ¿qué comerás? Sé que Amalia te comparte su comida, pero ahora estamos escaseando mucho.

-Amalia me dijo, pero no quiero, no importa si tengo que morirme de hambre.

-Ya escuché eso una vez. –saca su teléfono y lee algo. –De una terca vampiro, no quería beber sangre.

-¿Un vampiro que no quería sangre? –digo cómica. ¿Es broma? Pienso.

-Sí, sé que piensas que es cómico o que posiblemente te esté engañando para que solo vayas a cazar, pero no. –dice cómico. –Es cierto.

-¿Lo hizo?

-Sí, la obligué. –me abrazo a mí misma.

-No soy un vampiro.

-No, eres una Lican que solo teme cazar y es normal.

-Si cazo, yo dejaría...

-No. –lo miro. –No dejarías de ser humana, además los humanos también cazan. –se levanta. –Así que vamos o vas.

-Preferiría que fuésemos, aún soy torpe. –niega riendo.

-Eso es porque piensas mucho, solo déjate llevar por tú olfato. Confía en él.

-Está bien.

-¿Estás lista? –asiento. –Vamos. –salimos y se transforma en un lobo blanco. –No pienses mucho. –asiento y me transformo en un lobo. –Ahora, si me logras atrapar la cena va por mi cuenta, sino la pagas tú.

-¿Qué? –corre. –No es justo. –lo persigo.

Narra Victoria.

-Es broma ¿cierto? –digo y escucho a Joswell reírse.

HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora