Tomando el toro por las astas

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Holaaaa  todas. Primero que todo, muchas gracias por leer esta pequeña historia. 

No he querido hacer mayores presentaciones a la misma, ni dar adelantos de los capítulos, porque creo que lo mejor es la sorpresa. Sin embargo, creo importante compartir con ustedes que se me ocurrió hacer este fan fiction porque considero que A.S.K o El precio del amor es una historia bastante infravalorada y que tenía personajes bastante complejos, que pudieron dar mucho más de sí si es que el rating le hubiera dado una oportunidad a la serie. Si tienen alguna duda, observación o comentario, siempre es bienvenido. Y por último, les quería comentar, por si no lo habían advertido, que la canción que dejo en cada capítulo se vincula, de alguna u otra manera, con las acciones de cada entrega. Besos para todas. Acá va el capítulo de hoy:


Azra se había contenido de escribir a su estúpida hermana durante todo el día, el cual, por cierto, había sido un verdadero infierno. Había revivido en su mente la visita de Can durante todo el día, procurando desentrañar si había alguna esperanza de que les asignaran, aunque sea algunos exiguos fondos. En esos momentos todo sumaba para que la escuela pudiera seguir funcionando en las mismas condiciones actuales. Sabía a ciencia cierta que había niños para los cuales el almuerzo que daba la escuela constituía su única comida fuerte del día.

Sus esperanzas se reducían a eso. La mirada de Can no daba pie para ningún otro tipo de ilusiones de carácter más personal. Sin embargo, había sido tal el desdén que había visto en su mirada, que el estómago se le apretaba de sólo pensar que su presencia y su trabajo en la escuela pudieran jugarles en contra de las probabilidades de ser beneficiados.

Cuando llegó sudorosa y cansada a su casa, su hermana y su madre ya habían cenado.

- Te dejé comida en el horno – gritó su madre desde la sala, donde veía la novela de ese día.

- Está bien, gracias – había respondido ella - ¿Semra está en casa?

- Sí, estudia en tu habitación. No la interrumpas, que mañana tiene una prueba muy importante.

- No te preocupes, sólo entraré a recoger ropa limpia.

A reglón seguido se metió a su cuarto, donde su hermana la saludó con indiferencia, al estar concentrada en sus estudios. Sin embargo, Azra cerró la puerta del cuarto para aclarar ciertas cuentas con esa jovencita.

- Tú te volviste loca ¿verdad?

- ¿De qué hablas? – preguntó Semra extrañada – Vengo a estudiar aquí porque en mi cuarto mi madre entra y sale a cada instante y no puedo concentrarme.

- No hablo de eso. Sabes que puedes estudiar aquí. No me molesta. Hablo de otra cosa.

- Pues podrías empezar a explicarte, hermanita. Tengo buenas calificaciones, pero en mi plan de estudios no entra la adivinación, ni la premonición.

- No te hagas la chistosa. ¿Tú le escribiste a la Fundación Şebnem Vural, cierto? Hoy fue Can a la escuela y casi me morí de un infarto. Podrías haberme advertido de que habías hecho una locura así para estar preparada.

- ¿Quéeee? ¿De verdad fue Can?

- Sí. Espero que estés contenta. Fue muy cortante conmigo.

- Oye, pero eso no es mi culpa. Además, yo no escribí a la Fundación esa.

- ¿Estás de broma? ¿No fuiste tú quién me habló de la Fundación que Neslihan tenía durante el bingo?

- Pues sí, pero yo no les escribí.

- ¿Me estás diciendo la verdad?

- ¡Pues claro! Ni que me importara tanto tu opinión como para mentirte.

La redención de AzraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora