¡Bingo!

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El primaveral día había permitido que realizaran un bingo solidario en beneficio de la escuela en el patio del colegio. Pese a que la organización en algo más de tres semanas había implicado que trabajara en ello durante los tres últimos fines de semana, estaba agradecida por los premios donados y por la entusiasta respuesta de la comunidad. Sin embargo, sabía que el dinero sería insuficiente y que prácticamente necesitarían unos 20 bingos en el año para obtener fondos suficientes para el período, lo cual era claramente impracticable. Algo más deberían hacer y la idea de pedir ayuda a un popular programa de TV para presentar su caso seguía rondando su cabeza, pero no terminaba por decidirse.

Semra sorbió su bebida con fruición y Azra hizo un gesto de molestia al oír el característico ruido que se produce cuando la bombilla mezcla los últimos restos de bebida con aire.

- No hagas eso, es de pésima educación – le espetó a su hermana.

- ¡Ay perdón, señora buenos modales! Se me olvidaba que estábamos en el salón de té del palacio de Buckingham – respondió Semra con desdén.

- No empieces...

- Yo no quería venir.

- Todos debemos ayudar.

- Lo que yo gaste aquí sale de tu bolsillo. ¿No podías sencillamente dar parte de tu sueldo en vez de arrastrarme a este lugar tan horrible en el que decidiste trabajar?

- Este trabajo es el que paga la mensualidad en tu cara universidad, no seas malagradecida – siseó Azra por lo bajo.

G88 gritó una voz estereofónica y Semra tapó un número de su cartón de bingo de mala gana.

- ¿Quieres dejar de suspirar? Sabes bien que lo que aquí obtengan no les alcanzara ni siquiera para empezar. Además, no sé porque te afanas tanto. La mayoría de estos mocosos no tienen futuro.

- Trabajo justamente para que lo tengan y tú deberías sentirte feliz de estar ayudando.

- De verdad no entiendo porque te importan tanto. No son tus hijos.

- Cada niño rescatado es un niño que será un aporte para la sociedad. ¿No te parece importante impactar positivamente en la vida de un niño, darle nuevas oportunidades en la vida?

- ¡Por supuesto! Estoy segura que de esta escuela saldrán los próximos médicos, abogados e ingenieros de Turquía.

- No sé para qué trato de inculcarte otros valores – señaló Azra rodando los ojos – a ti sólo parecen importante los trapos y los lujos.

- No veo nada de malo en amar el lujo y en querer vivir bien.

- Si quieres vivir bien debes entender que es responsabilidad de todos darles oportunidades a las personas menos afortunadas. Eso hará que la sociedad en la que vives sea un lugar mejor, lo cual es bueno para ti y para el resto.

- Ya está bien, Azra. Me queda claro que estás siguiendo el camino de la santidad. Tal vez Alá oiga tus plegarias y llueva dinero en este pobre y triste bingo.

H56 gritó la voz y desde una mesa cercana una alegre mujer se puso a gritar que ya tenía el cartón completo.

- Genial, no me gané el set nuevo de ollas para cocinar – dijo Semra fingiendo desazón.

Azra no pudo menos que sonreír ante la ironía de su hermana, aunque la verdad era que el tema la preocupaba. Ella había arruinado su propia vida producto de su ambición y frivolidad y no quería, por nada del mundo, que la luminosa e ingenua Semra hiciera lo mismo con la suya. Era una joven linda, inteligente y llena de entusiasmo, merecía encontrar su felicidad, pero ella bien sabía que la felicidad no se encontraba en las cosas que Semra solía apreciar.

La redención de AzraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora