Desde niños, Yoongi siempre lo cuidó y protegió de todo, así que cuando este le confiesa sus gustos, Jungkook decide compensarle tantos años de protección, volviéndose su guardaespaldas personal
-Si alguien le pone un puto dedo encima, se lo rompo...
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-¿Por qué pareces más nervioso que yo?- Preguntó Yoongi tomando la mano del mayor que no dejaba de temblar desde que pasó por él.
-Si tu estás tranquilo, es porque yo estoy nervioso por ambos- Susurró cerrando los ojos.
-¿Quieres sentarte un poco?- Preguntó el castaño señalando un banco a un lado.
Jungkook asintió y dejó que el menor lo arrastre hasta allí, sentandose ambos en el banco y sintiendo la cabeza ajena apoyada en su hombro.
-¿A que le tienes miedo?- Preguntó Min.
-A tantas cosas- Suspiró agotado. -Solo quiero que todo salga bien-
-Lo hará- Soltó convencido, separandose para sonreirle y verlo a los ojos. -Tengo el llavero de Jimin, no me pasará nada-
Jungkook asintió, aguantando las ganas de decirle que no se refería exactamente a aquello, pero tampoco era algo que no le importara, así que guardó silencio.
-¿Quieres un beso?- Preguntó Yoongi ladeando la cabeza.
-Estamos en público- Susurró Jungkook.
-¿Que importa? Creen que soy mujer- Dijo restandole importancia.
-No me refería a eso- Suspiró pero el menor lo tomó de las mejillas haciendo que lo vea.
