Desde niños, Yoongi siempre lo cuidó y protegió de todo, así que cuando este le confiesa sus gustos, Jungkook decide compensarle tantos años de protección, volviéndose su guardaespaldas personal
-Si alguien le pone un puto dedo encima, se lo rompo...
Jungkook entró a la casa de Seokjin y pasó la mirada por cada rincón del lugar. Había ido muchas veces a sus fiestas, pero era la primera vez que veía la casa vacía y limpia.
-¿El director Kim?- Preguntó siguiendo a Seokjin hasta la cocina.
-Salió con mi madre- Dijo alzando los hombros.
-¿No se habían divorciado?- Preguntó confundido.
-Si, se ven por la custodia porque paso con papá la mayoría del tiempo y quieren tener buena comunicación y eso- Dijo restándole importancia. -¿Quieres algo de beber?-
-Si, por favor, cualquier cosa- Respondió y dejó la bolsa con trufas sobre la isla. -Traje eso pero ni siquiera sé que es-
Seokjin rió entre dientes y agradeció en voz baja, dejando un vaso de agua frente al azabache.
-¿Quieres ver una película?- Preguntó Seokjin.
Jungkook alzó las cejas y asintió con una suave sonrisa, antes de que Seokjin lo guiara a la sala.
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