Desde niños, Yoongi siempre lo cuidó y protegió de todo, así que cuando este le confiesa sus gustos, Jungkook decide compensarle tantos años de protección, volviéndose su guardaespaldas personal
-Si alguien le pone un puto dedo encima, se lo rompo...
-Estás hermoso- Dijo Namjoon al verlo entrar a su casa.
Yoongi quería agradecer, pero sus ojos se abrieron de par en par al ver la casa de los Kim, haciendo reír al más alto mientras cerraba la puerta.
-Santa madre- Susurró caminando lentamente por la sala. -Y yo creía que la casa de Jungkook era enorme-
-Es un derroche- Dijo alzando los hombros. -¿Quieres que te sorprenda?-
-Por favor- Soltó sonriendo y dejando a Kim tomar su mano.
Yoongi lo siguió por unas escaleras hacia abajo, entrando a un cuarto enorme que lo hizo abrir su boca de la sorpresa.
-Cuando dijiste "Noche de ciene en casa"...- Susurró Yoongi.
-Era liteal, si-
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Yoongi pasó sus manos por las mejillas de Namjoon, acercandose más a él en el sofá para profundizar los besos que hasta el momento habían sido superficiales y gentiles.
La mano del mayor se posó en su cadera y le permitió subirse a sus muslos y adentrar su lengua en su boca.
Yoongi jadeó sobre sus labios entre besos, apartando el cabello de la peluca del medio para poder llevar sus manos a los hombros ajenos y sentarse sobre el miembro que comenzaba a alzarce bajo él.
