Desde niños, Yoongi siempre lo cuidó y protegió de todo, así que cuando este le confiesa sus gustos, Jungkook decide compensarle tantos años de protección, volviéndose su guardaespaldas personal
-Si alguien le pone un puto dedo encima, se lo rompo...
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Yoongi se giró para ver la hora en el reloj y se estiró con pereza, haciendo que el movimiento entre los brazos ajenos, depertara a Jungkook.
—¿Hora?– Preguntó con ka voz rasposa de la mañana.
—Ocho y cuarto– Respondió viéndolo estirarse a su lado. —Puedes dormir más–
—No– Respondió poniéndose de pie. —Iré a correr, luego vuelvo a almorzar y voy a pasar el día en el gimnasio con Tae para prepararnos para el partido–
—¿Faltarás a clase?– Preguntó sentándose en la cama para verlo entrar al baño y dejar la puerta medio abierta.
—Es el primer juego de la temporada regional– Respondió con el cepillo de dientes en la boca. —Oír sobre como usar números imaginarios no me va a relajar en lo absoluto–
—No te sobre esfuerzes, mi amor– Dijo poniéndose de pie para poder entrar junto a él al baño y rodear su cintura con sus brazos.
—No lo haré– Respondió secándo su rostro. —Quédate con Jimin ¿Si? A tus padres no les gusta que andes solo luego de clases–
—Vale– Rodó los ojos dejando un beso en su mejilla. —Ahora salte que quiero cagar–
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