El dia había llegado. Emma pasaba en cualquier momento a recogerla para ir a su primera cita con el doctor, a su primer ultrasonido.
Estaba tan nerviosa.Emm: estoy abajo.
Tomo su bolso y se despidió de Otto con una caricia en su cabeza. Estaba tan viejito, ya solo dormía todo el día.
—¡hola preciosa!—le dijo Emm, abriéndole la puerta del auto, cuando Helena llegó al estacionamiento —por favor, el cinturón.
—claro Emm—le esbozó media sonrisa, sin muchas ganas.
—entiendo que esto te toma por sorpresa Helena, pero debes estar contenta—le dijo su amiga, mientras le tomaba una mano con cariño.
—no es eso Emm, digo...—cerro los ojos un segundo—olvídalo. Llegaremos tarde.
—claro, ya quiero escuchar el corazón de mi sobrino—dijo mientras arrancaba el auto— por cierto, Zac envía saludos. Está preocupado—le comento mientras giraba a la derecha y salía a la avenida.
—de verdad lamento que deba guardarse este secreto... quizás es mucho para él.
—¿que dices Helena? Eres nuestra amiga. Debe respetar tu decisión— le respondió mientras miraba el semáforo.
—el también es su amigo Emm...
—ay cállate ¿si?—Helena se rió con pena y negó con la cabeza.*
—recuéstese señorita Cárter...—le dijo el doctor señalando la camilla que estes en la sala— ¿y usted es la...?—le hablo a Emma.
—la tía más feliz del mundo —dijo con una sonrisa gigante.
—muy bien.. me alegro —respondió el doctor mientras ponía un gel en el abdomen de Helena—sentirás frío, con esto podemos revisar el saco amniótico...
—ok doctor.Helena estaba nerviosa, muy nerviosa, no podía creer que era ella quien estaba acostada ahí, hace tanto tiempo que ya había dejado de soñar con tener un hijo, que está situación no le hacía ya ilusión alguna.
—¿escuchas eso? Es su corazón.
—si... es despacito —le dijo Helena mientras giraba la cabeza a un lado
—¡es maravilloso Helena! —dijo Emm mientras se tapaba la boca con ambas manos.
—tienes 6 semanas Helena, tu bebé es apenas visible, falta aún para que puedas reconocerlo en la pantalla. Y debes cuidarte, en el primer trimestre es cuando se corren más riesgos.
—si doctor, descuide.
—¿y el papá? ¿Hay papá? —preguntó el doctor— para la próxima quizás podrías venir con él. Es una linda experiencia.
—ya verá doctor, el papá vendrá a la siguiente cita —se adelantó Emm, y Helena la miro con ojos como platos.El doctor limpió el abdomen de Helena, ella se puso de pie y acomodó su blusa.
Cuando la cita con el doctor terminó, Emma salió de la sala com una sonrisa gigante, mientras que Helena solo se veía pensativa...
—vamos por algo dulce, Hel—la abrazó su amiga mientras caminaban a la salida— debemos celebrar.
—no tengo ganas Emm.
—lo siento, iremos de todos modos cariño—le sobó el brazo—espero puedas alegrarte pronto...*
—debes contárselo en algún momento Hel...—le dijo mientras cortaba un trozo de tarta.
—no Emm, lo sé. Aún no pienso en eso—le respondió Helena mientras apoyaba su cabeza entre sus manos— quizás en algún momento... ahora no. ¿Qué pasa si no me cree? No podría lidiar con usa vergüenza.
—Tom no haría eso Hel. Tom es un buen hombre... y además ya está maduro —rió.
—es que eso pasa Emm. Ni siquiera sé cuántos años tiene.
—entonces googlealo cariño —le dijo con una sonrisa—el papá del hijo es un actor famoso
¡Hel, es millonario!
—eso hace aún peor las cosas —negó.Cuando Helena llegó a su casa, acarició un rato a Otto y luego se fue a acostar. El se echó en la cama a su lado, y ronco un buen rato.
*
—Emm, cariño —le dijo Zac a su esposa mientras estaban acostados y ella leía una novela— yo no creo que sea bueno guardar este secreto. Veo a Tom todos los días, no puedo ocultarle algo cómo esto.
—Zacharias Mayer, eso no está en discusión —le sentenció su esposa sin apartar la viste de su libro.
—cariño, si yo fuese Tom...
—tú no eres Tom, Zac. Tú eres un hombre casado, y si tuviésemos un hijo seríamos felices. Ese no es el caso de ellos ¿lo entiendes?—lo miró por sobre sus lentes, para luego quitárselos y dejar su libro sobre el velador—buenas noches cariño. No me falles—le beso la mejilla. Se giró para apagar su lámpara de noche y cerrar los ojos.
—buenas noches cariño —quedo pensando. Quito sus lentes, y repitió lo que Emm había hecho hace unos segundos.*
Los días pasaban, y Helena todos los días se sentía más cansada al llegar la noche. Le costaba hacer las tareas diarias como antes, sin marearse.
Ahora en dos dias tenía que alegar en la corte, frente al jurado, y estaba preparándose, pero era cada día más difícil para ella seguir con su vida como antes de enteradas de... de que estaba embarazada.
—Otto, ¿que haremos? Esto está haciéndose cada vez más complicado, ya todo me cae mal...—El perro la miro sin entender lo que decía, y le langueteo la cara—eres un sucio Otto...
Sonó el timbre de su departamento y se paró sin ganas ¿quien podía ser? No esperaba a nadie, Emma no le había prometido visita. No pensaba verla hasta el fin de semana y recién era martes.Cuando abrió la puerta se llevó una sorpresa de esas que no dan gusto. Parece que las cosas pueden siempre ponerse peor...
—¿qué haces aquí? —le dijo con miedo al hombre que estaba frente a ella— yo...
—Hola Helena. Tanto tiempo ¿no me dejarás pasar? —dijo mirando hacia adentro del departamento.
—por favor vete —le suplico— Héctor, necesito que te vayas.
—cariño, ¿así recibes a tu novio? —le dijo empujándola levemente y entrando sin permiso en su casa—Otto, bebé. Viejo estás—acaricio al perro mientras se sentabas en el sofá.
—¿qué haces aquí, Héctor?... por favor vete de mi casa—dijo mientras pasaba una de sus manos por su cara.
—te he extrañado, preciosa— le dijo mientras acariciaba una de las orejas de Otto. Helena lo miro con desconfianza y cerró la puerta.
Camino hacia Otto, lo tomó a duras penas en brazos y lo dejó en su habitación, no confiaba en que Héctor le acariciara—que malas pulgas Heleni. ¿No me haz extrañado también?
—claro que no, Héctor, vete— le volvió a pedir.El hombre se paró y caminó hasta la cocina, abrió el refrigerador y tomó de él una coca cola para servirla en un vaso.
—ya que tú no me ofreces nada...—dijo mientras tomaba un sorbo— ¿como es que no tienes una cerveza?
—necesito que te termines eso y salgas por la puerta, Héctor. Es mi casa, y no te invite—le dijo mientras la rabia le subía al rostro.
—Heleni, te he extrañado—se acercó a ella y acarició su rostro. La respuesta de Helena fue mover la cabeza alejándose de su tacto— también me has extrañado. Yo lo sé.
—te fuiste hace más de un año. No esperaba que regresaras. No quiero que estés aquí. Además son casi las 10 de la noche. Vete.
—no preciosa, no tengo donde ir, pensé que podías recibirme, podemos ponernos al día—ella se alejó unos metros, apoyándose en el sofá, muy nerviosa.
—cuando te fuiste, después de esa noche, no pensé volver a verte. Y estoy bien así... por favor, Héctor —se pasó una mano por el cabello en modo desesperado.
—Heleni, ese fue un error. Puedes perdonármelo, yo lo sé— termino su bebida y dejo el vaso ahí sobre la mesa.
—¡Héctor vete de mi casa! Es enserio —le gritó.
—Heleni, no me hables así ¿ok? —se acercó a ella, y tomó su cara com una mano sin delicadeza— sabes que quieres que me quede —intento besarla, y Helena lo empujó tratando de zafarse de él.
—Héctor, vete... tengo a alguien, debe estar por llegar — le mintió. Pensaba que con eso podría liberarse de él, pero no.
— no puedes estar diciendo eso ¡no puedes Helena! —gritó y volvió a acercarse a ella mientras tomaba uno de sus brazos con fuerza, para que no pudiese soltarse.
—claro que si, Héctor por favor, vete—comenzó a llorar a mares—vete. Estoy embarazada, y me lastimas—esto fue lo peor que pudo haberle dicho. La tomó con más fuerza del brazo.
—¡mentirosa! Eso es mentira. No puedes estar embarazada... zorra —gritó soltándola, la la forma en que la soltó fue empujándola un poco, y corriéndole el cabello al rostro.
—vete Héctor ¡vete!.Otto comenzó a ladrar desde la habitación donde Helena lo tenía encerrado, debido a los gritos que provenían desde el living de Helena.
Héctor camino hasta la mesa, y enojado tiro el vaso en el que había estado tomando coca cola hace unos minutos.
Eso no le bastó, también tiro el mantel y un jarrón con flores que Helena había puesto en la mesa más temprano.—vete, te lo ruego vete... —le dijo mientras se tocaba la barriga, la cual aún no se mostraba debido a las pocas semanas—necesito que te vayas no me siento bien.
—escúchame, ¡no puedes estar embarazada! No puedes estar embarazada de otro ¿me oíste?.Helena comenzó a sangrar, y el dolor comenzó a crecer en su abdomen. No podía parar de llorar, y Héctor no dejaba de romper cosas...
—llama una ambulancia, por favor...
—¿qué demonios te pasa? Helena, estás sangrando...
—llama a una ambulancia y lárgate de mi casa ¡por favor! —le gritó mientras se sentaba a penas en el borde del sofá.Héctor se dio cuenta de lo que estaba pasando.
Helena estaba perdiendo su bebé.
ESTÁS LEYENDO
No nos conocemos. (Tom Hiddleston)
RomanceTodo comenzó con una boda y una noche apasionada gracias a unas copas (muchas copas) de más. La historia partió del final del cuento hacia el principio, nada convencional. Helena y Tom eran dos desconocidos antes de esa noche, y la verdad, después...