7.

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Cuando Helena despertó, Tom estaba ahí sentado leyendo el periódico frente a la cama de la clínica.
—Tom —le dijo ella mientras frotaba sus ojos con una de sus manos
—buenos días Helena—le dijo él levantando la vista del periódico
—no era necesario que...
—descuida. No podía ir a trabajar hoy sin saber de ti —dijo haciendo una mueca de sonrisa, muy corta
— gracias. Yo quiero que sepas que no...
—eso podemos hablarlo en otro momento ¿si?—ella asintió y tomó su celular para ver la hora.—¿cómo está mi Otto?
—perfecto. Durmió súper. Quedo con Gala en casa.
—¿Gala?
—mi gata.
—claro, gracias Tom. Permiso, necesito llamar a mi trabajo. Que horror, no avise ayer.
—era muy tarde para avisar, Helena.

Helena llamó a su oficina y le contó todo al señor Lewis. Le pidió disculpas por haberle ocultado su estado el otro día en la oficina cuando sucedió el incidente del sandwich, y hablaron sobre el alegato en la corte que Helena tenía al día siguiente.

—estoy preparada señor Lewis, puedo pedir al doctor que me autorice a asistir. Le pediré que me envíe a casa hoy —le decía preocupada, e hizo una pausa para escuchar— ¿usted cree que Simon pueda aprender todo eso para mañana? Es mi causa señor...—volvió a guardar silencio—esta bien. De verdad lo siento —asintió con el teléfono en la oreja—hasta luego...
Colgó triste. Tom estaba atento a todo lo que ella decía por el teléfono y la miraba fijamente.

—el doctor no te enviara a casa hoy Helena —le dijo mientras doblaba el periódico.
—tengo trabajo...
—si, pero tienes un....— ¿iba a decir un bebé?— debes cuidarte.
—mañana debía presentarme en la corte, y enserio me...—dijo agachando la cabeza

—veo que te gusta tu trabajo, pero ya podr...—su celular comenzó a sonar y pidió disculpas para contestarlo. Al parecer era importante—hola. Si, dime....—hizo una pausa escuchado— hey no, avise que no podría hoy, lo sé lo sé, pero no puedo...está bien, pero solo si es un...—se escucharon unos golpes en la puerta, y era el doctor a su visita por la mañana — te cortaré. No puedo hablar ahora, te llamo después, si...—colgó.

—hola Helena, buenos días —saludo el doctor acomodándose los lentes—buenos días señor Hiddleston— Tom asintió con una sonrisa saludando al doctor
—buenos días doctor —saludo Helena desde la cama
—¿cómo amaneciste? —preguntó el doctor
—perfecto doctor. De hecho quería preguntarle si puedo irme a casa hoy —Tom frunció el ceño desde la silla, con una pierna sobre la otra
—Helena me temo que no puedo dejarte ir hasta mañana después del mediodía—le dijo el doctor alzando los hombros —debes quererte una noche más en observación
—a mi me parece lo ideal doctor —interrumpió Tom
—hm—hizo una mueca algo molesta—esta bien —se pasó una mano por la cara algo molesta.
—debo irme ahora, solo quería saber cómo habías amanecido. En un rato deben traer tu desayuno —le sonrió a Helena— nos vemos luego —dijo y salió por la puerta.

Helena y Tom se quedaron un rato en silencio, no sabían que decir la verdad no se conocían tanto como para plantear una conversación de la nada, y la situación se hacía un poco incómoda, de todos modos podían aguantarlo.

—permiso señorita Carter...—dijo una chica entrando con un carrito con el desayuno—traigo su des...—miró a Tom— ay no...—Tom le sonrió cerrando los ojos amablemente —Loki, oh Dios mío...
—jaja, buenos días señorita —saludo Tom
—tenga señorita Carter—comenzó a dejar cosas en una mesita con ruedas de esas de clínica que se ponen sobre las camas—debe comerlo todo, por favor—volvió a mirar a Tom con una sonrisa — ¿podría molestarlo...?
—¿con una foto? Adelante —sonrió Tom, y se puso de pie hasta la chica. Tomaron la foto y ella no podía parar de sonreír.
—gracias señor...—sonreía ampliamente mostrando sus dientes. No podía apartar la vista de él. Que incomodo para Helena que estaba ahí, como una planta, sin decir nada— señorita Carter, si necesita cualquier cosa, no dude en llamarme, por favor.

No nos conocemos. (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora