25.

374 39 6
                                    

24 semanas de embarazo, y la vida se veía genial. Todo estaba increíble. La habitación de Summer ya estaba del todo lista, Helena seguía trabajando desde casa, comía sus antojos cada vez que tenía uno, pues Tom los cumplía religiosamente, incluso si ello significaba buscar hamburguesas a las 4 de la mañana un feriado, por toda la ciudad.

Helena y Tom tenía una relación maravillosa últimamente, y si podían existir dudas de que lo suyo era verdadero, con el pasar del tiempo se habían desvanecido.

Los padres de Tom llegaban aquel día de visita, y se quedarían unas noches, querían ver cómo avanzaba el embarazo de Hel, pues no se veían desde Año Nuevo.

—mamá está ansiosa por ver qué tanto a crecido tu panza —le dijo Tom después del desayuno.
—que nervios...—le respondió Helena.
—estará todo bien, descuida .

El timbre sonó a las 12:40, mientras Flora preparaba el almuerzo con el que esperaba sorprenderlos.
Por la puerta apareció la mamá de Tom con un par de maletas gigantes y su cabello Perfecto, mientras que su padre, com aspecto relajado, traía el periódico bajo el brazo.

—el viaje estuvo agotador —se quejó su madre mientras comían.
—siempre son agotadores para ti mujer —se burlo su marido.
—pero lo importante es que ya están aquí—le comento Helena con una sonrisa— con Tom estamos muy felices de recibirlos.
—también nosotros de estar aquí Helena. Pero la verdad es que sería mejor para mi, si pudiese decirle a las chicas del golf que están comprometidos—Tom y Helena se miraron en ese instante. Recién llevaban  meses  saliendo. Muy muy pronto como para comprometerse.
—no seas impertinente Diana, por Dios—le interrumpió su marido antes de llevarse un trozo de carne hasta la boca— ¿no ves que estás siendo grosera?
—¿grosera? Por favor cariño, tendrán un bebé, lo normal es comprometerse cuando pasan estas cosas...
—mamá —dijo Tom carraspeando su garganta—creo que eso sucederá cuando nosotros lo decidamos ...
—pero cariño, la gente dice cosas...
—da igual eso ¿ok?
— quisiste casarte con Elizabeth, ¿y no quieres hacerlo ahora con la mujer que dejaste embarazada? —Helena abrió los ojos como platos. Eso se sintió feo.
—basta —le dijo Tom en un tono que sonó más que sentenciador. La conversación había quedado hasta ahí.

Desde ese momento el almuerzo se volvió un poco más tenso, pues su madre continuo haciendo comentarios con respecto al matrimonio, que hacían sonrojar a Helena.
Ella estaba enamorada de su hijo, pero era pronto para pensar en boda, y de todos modos no creía que estuviese dentro de los planes de Tom.

Hace unas semana, después del episodio en el restaurante, Tom le había contado todo, se había sincerado respecto a ese momento de su vida en que Elizabeth le rompió el corazón, y como busco sin compromiso un poco de afecto en los bares y en chicas de las cuales después poco había vuelto a saber, por lo que Helena entendía perfectamente que el matrimonio no estaba en la cabeza de Tom, quizás no con ella, y no por ahora.

—disculpa a mamá ¿si? —le pidió Tom cuando la noche llegó y se metió a la cama junto a Helena, quien leía una revista jurídica bajo la luz de la lámpara— a veces suele hablar un poco de más. De verdad lo siento.
—no tienes que disculparte por ella —le sonrío tímidamente Helena, apartando los ojos de su revista —está bien. Yo entiendo que a su edad ella...
—no debió decir eso. Estuvo mal— claro que estuvo mal, Helena se sintió fatal por todo lo que restó del almuerzo. La familia de Tom siempre era extraña con ella, y se les hacía fácil incomodarla pero él no tenía la culpa de eso.

*

Los padres de Tom se quedaron unos cuantos días, los acompañaron a una ecografía y se alegraron cuando escucharon el corazón de su nieta, que crecía grande y fuerte dentro de Helena.

— por fin se fueron, ya no daba más con mamá entrometiéndose en todo —le dijo Tom mientras se tiraba sobre el sofá de la gigante sala.
— a mi me gustó tenerlos unos días aquí, ademas dejaron muchísimos regalos para Summer— le dijo Helena con una sonrisa.

*

Los días pasaron sin mucho más que hacer, ya con 24 semanas de embarazo, la panza estaba mucho más grande, la patadas de Summer eran un poco más frecuentes y Helena había subido un par de kilos más, pero estaba radiante, feliz, rodeada de amor.  Su vida con Tom estaba perfecta. Estaban enamorados y disfrutaban de esta etapa como una pareja feliz.
Salían de citas por ahí, donde en más de una ocasión habían sido fotografiados por los paparazzis, pero eso ya no era tema. Helena se sentía tan bien junto a Tom y la pequeña e inesperada familia que estaban formando que ya nada de eso tenía sentido alguno.

—estamos invitados a cenar donde Emma y Zac hoy — le avisa Helena a Tom mientras esté salía de la ducha aquel día por la mañana— cumplen medio año de casados... ¡ puedes creer que lo había olvidado por completo!
—tampoco yo lo recordaba cariño — se rió mientras secaba su cabello con la toalla— hace medio año ya que nos conocimos — le sonríe.
—así es...
—cuando no tenías la menor idea de quién era yo, cómo olvidar eso, que no tenías ganas de bailar y Emma te arrastro hasta la pista junto a mi...
—pero si es cierto —le respondió con una risa avergonzada — no había visto tu rostro jamás — haciendo un énfasis en la palabra jamás.
—fue lindo sabes...— le dijo Tom mientras ponía su ropa frente a su novia— y fue un buen comienzo — rió.
—si tú lo dices....

Aquella noche fue como una cita doble, los cuatro conversando en la cena, haciendo planes para las vacaciones y riendo sobre los recuerdos de la boda. Fue una noche increíble.

— creo que sería ideal si nos vamos de viaje a Santa Monica luego del rodaje — propuso Zac— Tom y yo estaremos fuera dos semanas, entonces irnos luego de eso sería genial...
—¿dos semanas? —Helena no tenía idea de ese viaje de trabajo, Tom no le había comentado nada aún.
—si cariño, la información es reciente. Nos vamos en una semana y estaremos dos afuera. Estaba esperando para contarte, lo siento.— Helena se molestó un poco por no haberse enterado antes, pero ella era comprensiva y no quería crearle problemas a Tom con respecto al trabajo.
—entiendo — le sonrió— entonces creo que ir a Santa Monica sería un gran plan —dijo con entusiasmo.
—maravilloso —dijo alegre su amiga Emma. Irse de viaje los cuatro sería increíble.

No nos conocemos. (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora