𝐄𝐒𝐂Ú𝐂𝐇𝐀𝐌𝐄 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀

27.

Capítulo 27.

Abrazados bajo las sábanas me quedo mirándolo, me pierdo durante algunos minutos en sus perfectas facciones, sintiéndome más enamorada que nunca.
Sus manos acarician mi cintura desnuda mientras se sumerge en sus pensamientos observando el blanco techo de su habitación.
Todo es calma y tranquilidad. Nuestras respiraciones aún son un poco superficiales debido a que nuestro encuentro fue hace menos de quince minutos.

-¿Quieres beber un poco más de gaseosa? —Me pregunta. Sus ojos están risueños.

-Estoy bien. —Susurro abrazándolo más fuerte por su cintura mientras apoyo mi mejilla en su pecho.

-¿Te encuentras bien? ¿Te... te duele?

Sonrío.

-No. Solo estoy cansada. —Susurro. —¿Es normal que sienta ganas de dormir?

Él se ríe.

-Sí. Tu cuerpo está demasiado relajado. —Dice deslizando sus dedos por mi espalda.

-Es que tus caricias me inducen al sueño. —Él se ríe otra vez.

-Es tu culpa, señorita.

-¿Porqué? —Levanto mi rostro para mirarle.

-Porque tu piel es muy suave. —Susurra alcanzando mi boca. Él me besa suavemente. —Estás desnuda bajo mis sábanas, quiero aprovechar cada momento.

Ambos nos reímos.

-Te amo mucho. —Susurro mirándolo detenidamente.

Él me observa y vuelve a sonreír. Mi corazón se siente agitado, demasiado agitado. Niall es todo para mí, él llegó a mi vida en un momento difícil, y ha sabido ganarse mi corazón. Solo él me ha dado las fuerzas para seguir adelante y estaré eternamente agradecida por eso.

-¿Qué pasa? —Susurra con timidez.

-Creo que no puedo vivir sin ti. —Susurro.

Nunca me había detenido a pensar en esto. La única vez que intenté alejarlo, fue porque no quería que él tuviera que pasar por todo esto, —Estar cerca de una chica mentalmente enferma, como yo lo estoy— Pero jamás fui consciente de que él es todo lo que necesito.

-Sí puedes. —Susurra sonriendo.

-No, realmente no puedo. —Continúo diciéndole. —Eres mi razón de vivir Niall. —Él se ríe con nerviosismo. —Sé que es cursi y estúpido, pero es la verdad.

Su mano detiene las caricias en mi cintura para alcanzar mi mejilla. Su dedo pulgar se desliza por mentón.

-No es estúpido. —Me dice con cariño. —Te amo Alessandra, y esto... Esto que hicimos fue perfecto.

Le sonrío sintiéndome demasiado tímida.

-Para mi también fue perfecto. —Susurro volviendo a depositar mi mejilla en su pecho. —Quiero quedarme así para siempre, y no pensar en el futuro.

Realmente no quiero pensar en el futuro.

-¿Porqué?

-No me gusta. —No con lo que me dijo papá el día de ayer. —Quiero vivir solo el presente.

-Está bien. —Susurra acariciándome la cintura otra vez.

-Debo contarte algo. —Le digo.

-Te escucho.

Suspiro.

-Ayer cuando llegamos de nuestro viaje y te fuiste a casa con Sam, él y mamá me pidieron conversar. —Le explico. —Querían hablar sobre lo que ocurrió en la consulta de Greta. Ese día yo debía estar presente en aquel grupo de apoyo, pero como... como no fue posible, ellos quieren que lo intente otra vez.