33.

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Capítulo 33.

1 mes después.

Niall llegó a la conclusión de que el temor a estar rodeada de personas ya es cosa del pasado. Durante estas semanas él estuvo llevándome a lugares concurridos, recorrimos el parque whitworth, un día domingo. Sí, el día familiar.
Por donde mirase, habían personas reunidas. Recuerdo haber entrado en pánico cuando ambos notamos que había una exposición del cambio climático. Cientos de personas estaban agrupadas observando las exposiciones que los ambientalistas estaban dando.
Eso no podía compararse a una fiesta, donde el grupo era menor. Mi corazón latía tan rápido, por un momento pensé salir arrancando del lugar, pero él logró calmar mi acelerado corazón, logró calmar la crisis de ansiedad que ya estaba comenzando a surgir en mi.
Hace mucho tiempo no me sentía así, y era porque me había mantenido en mi zona de confort. Él nunca me ha insistido en ir a lugares aglomerados, es más, es él quien busca lugares con poco público para visitar.

Pero ese día fue diferente. Él pudo comprender y notar que no era fácil para mí poder lidiar con algo que me he escapado toda la vida. Nunca me había sentido tan inútil y avergonzada por tener mis ojos cristalizados debido al miedo que recorría mis venas.
Pero sus brazos me hicieron sentir segura. Me sentí como Hazel Grace Lancaster, que necesitaba su tanque de oxígeno para poder respirar.
Niall, era mi tanque de oxígeno en ese momento. Y logré recuperarme. Fue un lindo día después de todo, porque también nos acercamos a observar la exposición y me regalaron una suculenta, un cactus muy bonito en forma de flor que no necesita tantos cuidados.
Niall me dijo que era un premio por haber superado aquel momento donde casi mi mente me juega una mala pasada.

También visitamos el mirador Beetham. Aunque lo hicimos de día, con cientos de turistas a nuestro alrededor. Ese día no fue tan terrible, estaba nerviosa pero logré superarlo. Además que recordamos nuestro escape nocturno. En ese entonces aún no éramos novios, ni siquiera nos habíamos besado, aunque mi corazón ya latía eufórico por él.
Recordar estas cosas a escasos minutos en que Greta me invite a pasar al grupo de apoyo ayuda un poco, me hace pensar en cosas diferentes.
Ojalá Niall estuviera aquí y no mi madre, quien solo logra ponerme nerviosa. Mi corazón no ha dejado de palpitar con fuerza desde que salimos de casa. A hurtadillas me pongo un auricular y escucho el audio que él me envió hace pocos minutos.

Niall: Hola, cariño. No sabes cuanto lamento no poder estar allí contigo, intenté hacer todo lo posible para que Hansen me dejara ir, pero ya sabes como es cuando se trata de su clase. —Él suspira. —Llámame cuando termine. Todo estará bien, eres una mujer fuerte, podrás hacerlo, confío en ti. —Una pausa. —Te amo mucho, Alessandra.

Su audio dura apenas algunos segundos, pero lo escucho hasta que Greta aparece y me pide ingresar. Mamá me da palabras de aliento mientras me pide el teléfono para que no sea una distracción, también me dice que puedo imaginar que estoy en casa, con mi familia. Le digo que sí, que lo haré.
Pero apenas mis pies se ponen en marcha, siento que voy a morirme.
Cuando ingreso a la sala, recuerdo inmediatamente el episodio que tuve la vez anterior. El mismo círculo con las sillas, los mismos adolescentes mirándome, algunos con mucha curiosidad, otros con lástima.
Me muerdo el interior de la mejilla mientras camino con la cabeza gacha y tomo asiento. Ya estar aquí es un logro, me digo.

Greta comienza hablar y dar la bienvenida a los chicos que están incorporándose. Ella dice varios nombres y entre ellos el mío. En ningún momento levanto la cabeza, miro mis manos y solamente por nerviosismo comienzo a quitarme la cutícula, cosa que jamás he echo antes, ni siquiera por hábito.
Varias veces su voz se vuelve lejana, mi mente desea perderse pero luego pienso en él y en todo lo que ha echo por mí. A pesar de que sólo han pasado escasos minutos siento que se está volviendo eterno.

𝐄𝐒𝐂Ú𝐂𝐇𝐀𝐌𝐄 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora