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Estábamos a unos pocos dias más en llegar a la ciudad, no iríamos a la ciudad soñada de Betty, pero si a una que se pareciera, pues ambos sabíamos que si íbamos a Nueva York serían solo cuestión de tiempo que la encontrarán, y a pesar de todo ella aún no estaba lista para enfrentar a sus padres.

Íbamos por la carretera como si el tiempo se hubiera detenido, pues a pesar de todo, no teníamos ningún afán o pendiente, me sorprendió lo rápido que Betty cambio, ¿Era de nuevo la chica de Nueva York? No, está Betty era diferente, está Betty me miraba diferente y era más confiada.

- Jughead ¿Estas acá?

- Si, ¿Que decías?

Ella negó con la cabeza ay se alejó por el pasillo, cuando me dio la espalda ser río y yo la seguí confundido. Terminamos de hacer la compra y nos  subimos al auto, parariamos a cenar afuera antes de ir al hostal. Me sentía ansioso cada segundo a su lado, la miraba constantemente hasta que ella me pedía que parara, incluso me costaba dormir, razón por la que Betty había estado conduciendo la mitad del camino.

- Vayamos allá - Me dijo señalando

Me voltee para parquear en un restaurante casi idéntico a pops, y sonreí.

- Yo quiero una hamburguesa sencilla y para él buena doble, ambas en combo.

- Y un café por favor. - Pedí mientras la mesera se alejaba.

- No deberías tomar café tan tarde, no estás durmiendo bien. - Me reprochó.

- De todas maneras no podría dormir.

- Tal vez deberías ver a un doctor - Dijo preocupada.

No creo que pueda decirme nada que no sepa ya. Pensé pero asentí de todas formas.

Comimos charlando, y por un momento fue como estar en Riverdale, otro Riverdale, en el todo es diferente. Me pregunto cómo sería nuestra vida en ese Riverdale. ¿Seríamos felices?

Luego de eso salimos a pasear por el pequeño pueblo, en el fondo todos los pueblos son iguales. Fuimos a lo alicates más frecuentados, nos tomamos fotos con una gran roca y compramos un imán para la nevera, y algunos otros recuerdos típicos para turistas. Terminamos comiendo helado en un andén siendo casi la media noche.

Nos sentamos en silencio sin mirarnos, hasta que ella lo dijo.

- Hagámoslo mañana.

- Si, es lo mejor.

- Fuiste un buen esposo.

- Tu también fuiste una gran esposa.

Nos sonreímos, y a pesar de que sabía que esto pasaría, dolió.

Ella se levantó y me extendió la mano para ayudarme a levantar, no la solte haya que llegamos a la habitación. Ella empaco sus maletas y yo hice lo mismo, tomo una ducha y yo me acosté en la cama, cuando ella salió yo finjo estar dormido y sentí como ella se recostó del otro lado de la cama y me abrazó por la espalda. Suspiró. Y yo cerré los ojos, obligándome a dormir en vano.

Luego de un rato me voltee para verla, estaba dormido y su anillo seguía en su mano, justo como el mío. Puse mi mano contra la suya pensando en el momento en que nos los entregamos, ¿Que haríamos con ellos mañana? ¿Ella guardaría el suyo? Si puedo hacerlo, me gustaría guardar el mío.

Veo su rostro calmado y sé que no puedo decirle nada, no tengo el derecho de irrumpir está paz, en el momento en el que salíamos de Riverdale supe que ya no había vuelta a tras, ambos tomamos una decisión y sé que es la mejor decisión que pudimos haber tomado y que debimos tomar hace mucho tiempo.

La noche se va volviendo más negra y justo cuando empieza a ser clara otra vez siento que ya no puedo más y empiezo a llorar en silencio.

Obligados Al Amor(Actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora