Obligados Al Amor(Actualizando)

4

Ser del sur no era un trabajo fácil, y en los momentos duros, las cosas eran mucho más que complicadas. Y si no arreglaba esto pronto, todo se iría cuesta abajo. No habría matrimonio, no habría unión. No podía permitir que eso pasará.

— ¿Estás seguro de esto Jones?

— No te acobardes ahora Fangs — Lo reprime Toni.

— Si siguen hablando nos descubrirán — Les digo.

Ellos siguen mis órdenes y avanzamos por el pasillo. Necesitamos entrar, dejar las serpientes y salir sin que los vean. Un mensaje fácil de captar que hará que los ghoulies no se metan en territorio serpiente. No es tiempo para guerra y jamás entrarían en territorio norte, solo debemos distraerlos un poco más y esperar que la boda llegue rápido y que nos casemos en buenos términos, así tendremos la protección que necesitamos y podremos atacar desde las sombras.

Nos dividimos y dejamos las cajas en las mesas de la sala vacía, en pocos minutos el lugar estará lleno, Toni va a la cocina y Fangs a los baños, yo grabó el símbolo de las serpientes en la pared y salimos. Un clásico que siempre funciona.

Salimos corriendo en la mitad de la noche y llegamos a la otra esquina donde un malumorado Sweet Pea.

— ¿Por qué tardaron tanto?

— No fueron ni cinco minutos — Le respondo — Vámonos rápido

— No nos pueden seguir — Responde Fangs sacando varias llaves de autos de su bolsillo.

Por un segundo nos miramos tensos, pero luego nos estallamos en carcajadas cada y cambiamos de ruta para pasar por el río Sweetwater.

— Tengan — Dice Toni repartiendo las llaves.

Nos distraermos lanzando las llaves al río y bromeando al respecto hasta que mi celular suena.

Alarma: Reunión en la casa Cooper.

— Vamos — Les digo subiendome al auto. — Arránca no quiero estar tarde. Fangs pásame la maleta.

— Aquí tienes.— Dice y me la extiende.

Me sacó la chaqueta y me pongo el saco, luego me acomodo la corbata torpemente.

— Gira a la izquierda — Le digo — Necesito que me dejen en otro lado.

— Uh a alguien le toca ir con los norteños — Dice Toni desde atrás.

— Buena suerte — Dice Sweet Pea irónico.

Miro la caja de terciopelo en el fondo de la maleta, lo saco y pongo en mi bolsillo. Es hora de entregar esto, no lo puedo postergar más.

Nos detenemos frente a la casa y yo me bajo rápidamente, mientras me acerco a la casa escuchó el auto alejarse, tocó el timbre y acampado mi ropa esperando.

Betty la abre luciendo un vestido rosa y su característica cola de caballo. Sus mejillas se pintan de rosa seguro recordando la escena de esta mañana, yo sonrió.

— Bienvenido — Me dice.