REGLAS DEL JUEGO

CAPÍTULO DIECISÉIS

𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐓𝐔́ 𝐘 𝐘𝐎
◈ ━━━━━━━━━━━━━━ ◈

A la mentira le gusta tener muchos vestidos. La verdad prefiere andar desnuda.

♕

P O C  H  É

— Sé que no es lo que quieres realmente.

— Apuesto que no tienes ni puta idea de lo que quiero.

Ella me coge por la cintura y me hace sentar en el tocador mientras se sitúa sobre mis piernas.

— Es posible que no lo sepa todo, pero sé que ahora mismo quieres que te folle. Sé que quieres gritar mi nombre mientras te hago mía — dice con voz entre cortada mientras su mano recorre debajo de la bata para hacer a un lado mis bragas.

— Eso no es cier...aaah..

Su mano en mi sexo me hace gemir. Intento recordarme a mí misma que debo mantenerme enojada. Molesta. Que no debo dejar que se salga con la suya, pero es imposible. Mi cuerpo cede automáticamente a ella.

— Ya estás húmeda y ni siquiera vamos por la mitad.

— No eres el motiv...— me corta cuando hace más presión en mi sexo con su mano.

Atrapa mi boca con la suya y me besa con vehemencia.

— ¿Tienes idea de lo cabreada que estaba después de recibir tu mensaje? — musita entre mis labios.

— Yo también esta cabreada cuando vi las noticias.

— Eres una mujer realmente impredecible.

Se aparta y veo cómo libera su polla de los pantalones para después ponerse el preservativo. No dice nada. No me dice ni una sola palabra. Solo suelta las cuerdas de mi bata y la abre antes de introducir su enorme polla en mi orificio con fuerzas y hacerme gemir fuerte.

Sus brazos rodean mi cintura con tanta fuerza que para tener la intención de meterse en mi piel. Me embiste sin ningún tipo de miramientos y yo acojo cada una de sus embestidas con mucho gusto. Me gusta. Mucho. Y ya no puedo seguir mintiéndome más. Mis sentimientos ya están involucrados, probablemente más de lo que me gustaría y no puedo hacer nada por impedirlo. Ya no puedo.

— Cielos, Calle...des-despacio — intento recordarla, pero como siempre hace caso omiso a mis palabras y me sigue follando a su antojo.

— Poché, termin... — la voz de Paula se corta ante la escena y mis ojos se abren, devolviéndome a la realidad. Calle deja de moverse. Se queda inmóvil en mi interior — ¡¡joder, qué fuerte!!

Estoy paralizada. No sé qué hacer.

Mi amiga se tapa los ojos con una mano aunque deja espacios entre sus dedos para ver lo que supuestamente está intentando no ver.

— No se preocupen por mí. Pueden seguir. Yo solo vine a por mi celular — ella lo toma sobre la cama y me mira antes de dignarse a salir de la habitación para después añadir — tienes mis respetos. Hablamos después.

Y finalmente se marcha. Miro a Calle.

— Déjame adivinar, ella es tu amiga Paula con quien he hablado hoy.

— ¿Has hablado con ella?

— Apagaste tu teléfono. Así que mandé investigar a tu amiga.

Asiento. Sí. Ella tiene el poder de hacer eso; ni siquiera puedo sorprenderme.