𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐋𝐀 𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎́𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋
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𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑑𝑟𝑜𝑔𝑎, 𝑢𝑛 𝑎𝑛𝑡𝑖́𝑑𝑜𝑡𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑚𝑖𝑠 𝑚𝑎𝑙𝑒𝑠.
— 𝐷𝑎𝑣𝑖𝑑 𝑆𝑎𝑛𝑡♕
P O C H É:
— Pañales. Calcetines. Gorra...
— ¿Puedes decirme qué es e..?
Valentina me silencia levantando una mano y sigue extrayendo cosas de los bolsos llenos de objetos de bebé.
— Biberones. La señora de la tienda me dijo que esos servirían.
— ¿Qué es todo eso?
Ella suspira con profundidad y me mira.
— Esto es para mi futuro sobrino o sobrina. No te metas.
Niego con la cabeza. Desde que sabe que estoy embarazada se ha vuelto más pesada con su sobrino o sobrina. Tanto que me asusta.
— Iré a por helado.
— ¿Quieres que lo haga por ti? Puedo hacerlo; así no caminas mucho.
— No he llegado ni a tres meses y medio. La heladería está muy cerca y deja de tratarme como una enferma. Estoy embarazada, no paralítica.
Hace una mueca.
Suspiro y salgo de la casa. Cuando no es ella es Paula. Ambas me tienen al borde de una crisis existencial. Ni que fuera la primera mujer embarazada en el mundo. No dejan de molestarme con haz eso y no hagas eso. Ni siquera recuerdo la última vez disfruté de mi propia vida. Estar embarazada para ellas significa estar preso en la cama.
¡Qué fastidio!
Soy consciente de lo mucho que me aman y quieren ayudarme pero me están volviendo loca recordándome a cada segundo que no puedo hacer tal cosa por tal razón. Parecen discos rayados y mis oídos van a sangrar.
Camino solo unas dos cuadras hasta llegar a la heladería. Pido una de fresa con crema y me siento junto a la pared de cristal.
Mi cabeza es un remolino. Siento que va a estallar. Siento que hay algo que he omitido en todo eso. En lo que respecta a Calle y su forma tan extraña de amar. En lo que respecta a nosostras y lo que podría haber sido nuestra relación. El hecho de no haber dejado que se explique tal vez. Pero tampoco me atrevo a llamar y pedírselo. ¿Por qué hacerlo? ¿qué podría cambiar? ¿Haría eso alguna diferencia?
Suspiro otra vez y lleno un poco de helado a la boca. Mi sorpresa se hace grande cuando una mujer elegante se sienta frente a mí con un suero de helado sin siquera pedir permiso. La he visto antes. Hace mucho, entrando a la oficina de Calle. Justo el día que me dijo que me fuera a casa.
— Es la primera vez que vengo a ése lugar — dice tomando un poco de helado y llevándolo a la boca. A continuación asiente — vaya, tienen el mejor helado que he probado.
No voy a negar que los helados en este lugar son de lo mejor; pero eso no viene al caso. ¿Por qué está ella en este lugar? No parece la clase de mujer que tomaría el tiempo de entrar en una heladería cuando podría estar en un sofisticado restaurante.
— ¿Me ha seguido?
— Quería saber por qué razón Calle dejaba la terapia que ha estado creciendo por varios años. Y veo que eres una mujer ordinaria.
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REGLAS DEL JUEGO
FanfictionUna secretaria normal y corriente inicia un romance atrevido con una controladora mujer de negocios cuyos gustos sexuales se encuentran entre el dolor y el placer. Daniela Calle siente la necesidad de convertirla en su nueva sumisa. Quiere poseerla...