19. No todo es perfecto.

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Tres días han pasado y todavía no hay alguna señal de una futura broma por parte de Lian. Esto  me llena de mucha incertidumbre y preocupación, porque dudo mucho que haya decidido no hacerme nada o lo haya olvidado. Para mí que él tiene un buen plan y solo espera a que yo me descuide para efectuarlo y tomarme por sorpresa; al igual que lo hizo con lo del decolorante. Sin embargo eso no va a pasar, no pienso descuidarse otra vez.

Y a pesar de que el plan de estar alerta y pendiente de los movimientos del idiota mayor sigue en pie, no he vuelto a evitarlo. De alguna forma el haberle hecho aquella broma me dio más confianza y seguridad. Incluso me permito lanzarle miradas divertidas y de superioridad cuando lo veo. Esta vez la que se ríe soy yo. Antes decía que él era un idiota por reírse de mi, pero ahora comprendo el sentimiento. Sin embargo no me río con burla, sino más bien como para dejarle en claro que yo también puedo jugar. Los juegos son mejores cuando se juegan de a dos.

Aún me da risa cuando recuerdo a Lian corriendo por toda la escuela con el cabello como la Sirenita. Aunque al igual que yo esté no perdió tiempo en arreglar ese desastre, pero el problema está en que la única solución que tenía era el raparse el cabello... Y eso fue lo que hizo.

Me lleve una gran sorpresa cuando en vez de llegar a la escuela como Ruperstinski de Shrek llegó rapado. Cuando lo vi de mi salió una eminente carcajada y la cara de odio que este me regaló era para morirse, pero estaba tan ocupada viendo su casi inexistente cabello como para ponerle atención a eso.

Pero mi alegría se fue cuando me puse a detallarlo mejor y me di cuenta de que ese corte le quedaba de maravilla, haciendo que se viera mucho más maduro y masculino, atrayendo así la atención de chicas en la escuela; bueno, más de la que ya tenía. Supongo que esa es la suerte de ser atractivo, todo te queda bien. De modo que al parecer le hice un favor en vez de algún tipo de mal; aunque nadie puede quitar de mi mente lo molesto que se veía cuando paso, de cierta manera eso me consuela.

Justamente hoy nos vamos a reunir y sus padres mi madre y yo. Debido a que Daine había hecho una venta muy importante (ella trabaja en bienes raíces) y la vamos a celebrar. Pero esta vez no será en mi casa o en la suya, sino en un restaurante muy conocido y elegante. De tal forma que me toca vestirme como una persona educada y fina. Así que prácticamente tuve que vaciar todo mi armario para encontrar que ponerme. No tengo muchos vestidos elegantes, por no decir ninguno, los vestidos que tengo son más veraniegos y casuales.

Al final. Después de tanto buscar. Encontré uno negro suelto en la parte de abajo; el cual acompañe con una chaqueta de jean y unos tacones negros no tan altos.

— ¿Estas lista? —pregunta mamá asomando su cabeza por la puerta de mi cuarto.

—Sí, ya casi —termino de retocar mi maquillaje y me paro frente a ella— ¿Qué tal? ¿Te gusta?

Yo doy una vuelta con los brazos extendidos hacía los lados. Ella frota su barbilla con sus dedos y entrecierra los ojos pensativa. Así dura un buen tiempo, que me parecen años, examinándome.

— ¡Mamá! —exclamo al ver que aún no dice nada.

Ella estalla en risas y niega mientras dice— Estás perfecta —pronuncia— Ya veo que si eres mi hija. Tenía mis dudas, pero ahora sí estoy segura.

—Ay, mamá ya.

Ella tiene ese juego de decir que yo no soy su hija y que me cambiaron en el hospital por error. La primera vez lo dijo jugando de forma inconsciente, pero de igual forma no me lo tomé bien y terminé llorando, y ella junto con papá termiranon consolandome mientras me explicaban las razones del porque si soy su hija. Sin embargo le gusta molestarme y bromea seguido con eso.

más que enemigos [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora