26. Un grupo de locos.

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La emoción ya no me cabe en el cuerpo.

Es tanta que podría salir volando.

Después de tanto tiempo volveré a ver a Carter. Y sí, soy consciente de que hablamos todos los días, pero esto es diferente, tenerlo aquí será como traer algo de mi antigua vida para acá, y una de las mejores cosas, no está de más decir. No es como que mi vida aquí no me guste, al contrario, me encanta, pero con Carter será aun mejor, aunque solo sean unas semanas.

Vamos de camino a recoger a Carter del aeropuerto; y digo vamos ya que Lian me está acompañando. Cuando le comente sobre que mi mejor amigo vendría se mostró un poco serio al respecto y no tardo en hacer muchas preguntas sobre Carter, pero a la final se ofreció a acompañarme a ir a buscarlo y traerlo a mi casa.

Y eso no es todo, pues hoy en la tarde vamos a ir a la casa de Ben a pasar el rato, incluso Clara, Will y Lila irán. Será muy divertido.

Así que se podrán hacer una idea del porque estoy que exploto en mi asiento de la emoción.

Al llegar al aeropuerto nos bajamos del auto y nos adentramos al enorme lugar lleno de mucha gente. Por los altavoces informan que las personas del vuelo en el que se encontraba Carter ya están bajando del avión y mi felicidad aumenta, si es que eso es posible. Y entonces lo veo, el esta caminado entre un grupo de gente y al verme en su cara aparece una gran sonrisa y como puede, debido a las maletas en sus manos, empieza a correr hacia mí y yo lo imito. Sin perder tiempo los dos nos fundimos en un fuerte abrazo, que se siente como casa, como si abrazara a un hermano o a un ser querido. Porque eso es Carter para mí, alguien que a pesar de no tener mi sangre o algún parentesco, es mi familia.

— ¡Te extrañe mucho, sis! —exclama con alegría.

—Yo igual —contesto contra su pecho. No tengo la intención de apartarme porque sé que me va a ver llorar.

— ¿Ya estas llorando, Abby? —interroga divertido sobando mi espalda.

—No —pero claro que estoy llorando.

—Hey, Abby, ya —se ríe abiertamente— sé que soy una cosa maravillosa pero no llores.

—Ay, cállate —sonrío mientras aparto las lágrimas de mis mejillas.

—Es sorprendente como cada día estas más enana —se burla volviendo a levantar sus maletas, las cuales había dejado caer para poder abrazarme, y comenzamos a caminar en dirección a Lian, quien se encuentra a solo unos pasos viendo todo con el entrecejo un poco fruncido.

—Lian, te presento a Carter —le digo a mi novio al detenernos a su lado— Carter el es Lian.

— ¿Qué tal todo, hermano? —saluda Carter amistosamente al igual que le tiende la mano a Lian.

—Todo bien —responde este sin ningún tipo de expresión y le da la mano con más fuerza de la debida.

¿Y ahora que le pasa?

—Oh, qué fuerte —bromea Carter ante el duro apretón de Lian— ¿vamos?

—Sí, vamos —concuerdo un poco incomoda por la escena. Aunque no me preocupo mucho por si Carter se sintió incomodo, de seguro se lo toma de broma. El que si me tiene preocupada y extrañada, es Lian. Pero creo saber de qué se trata, pues esta actitud la he visto varias veces antes.

Después de subir el equipaje de Carter a la camioneta, emprendemos el camino a mi casa. El trayecto nos la pasamos escuchando a Carter hablar sobre cualquier cosa que se le viene a la mente; y el lejos de verse perturbado por la actitud odiosa de Lian, está muy cómodo acostado en el asiento trasero haciendo lo que mejor se le da: hablar, hasta con la boca cerrada puede hacerlo.

más que enemigos [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora