3. Primer día de clases

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Justo a las 7:15 AM la alarma del teléfono suena, despertándome de mi maravilloso sueño ¿porque es que siempre nos despiertan en las mejores partes de nuestros sueños? no es justo.

Después de quedarme como media hora viendo a la nada, pensando en quien sabe que, me levanto para ir al baño, me cepillo los dientes y me ducho con agua caliente. Al salir me visto; me pongo unos jeans negros, unos tenis y una sudadera. El otoño está comenzando y el frio es horrible, no me quiero ni imaginar cómo será en invierno. Luego me peino con una simple coleta alta, me coloco mi mochila y salgo de la habitación. No me voy a molestar en ponerme maquillaje, me da flojera.

Cuando bajo, la casa está llena del increíble olor de huevos con tocino y pan tostado. Ese desayuno siempre lo prepara mamá cuando es mi primer día de clases, o mi cumple años, o cualquier fecha importante. Se debe a que es nuestro favorito. Y se convirtió como en una tradición.

—Buenos días, mami —saludo al sentarme en una de las sillas de la isla de la cocina.

—Buenos días, cielo —responde ella mientras me sirve la exquisita comida y un vaso con jugo de naranja— ¿tienes todo listo para la Escuela? ¿No se te queda nada?

Ella me da una mirada recelosa mientras se sienta frente a mí con su plato de comida y también empieza a comer.

—No, lo tengo todo —confirmo metiéndome un bocado de tocino a la boca, esta riquísimo.

— ¿Segura que lo tienes todo?

—Mamá lo tengo todo —repito con expresión cansada.

—Está bien. Está bien. Es solo que se cómo eres —me regala una mirada divertida.

Entiendo la preocupación de mi mamá, en serio. Creo que aprendes a ser más precavida cuando tu hija se lleva al colegio la mochila sin nada adentro. Sí, ni siquiera yo entiendo como paso. Pero esta vez sí tengo todo

Al terminar su desayuno mamá se levanta y deja su plato en el fregador. Luego coge su bolso y se me acerca para darme un abrazo junto con un beso en la cabeza mientras habla:

—Buena suerte hoy. Te quiero mucho —cuando se separa de mi añade— ¿Por favor puedes ayudarme a lavar los platos? Es que voy tarde al trabajo.

Yo solo asiento con la cabeza porque tengo la boca llena de comida. Ella empieza a irse. Pero cuando estaba por salir por la puerta de la cocina se detiene.

—Me le das saludos a Lian. Adiós —me pide y luego se va como si nada.

Y en ese momento se me cae el mundo entero a los pies.

¿Cómo se me podía haber olvidado que el idiota me pasaría buscando? ¿Qué tengo en la cabeza? Bueno en mi defensa levantarme temprano no es lo mío y mi cabeza siempre amanece loca.

No es que Lian me asuste o algo por el estilo. Pero imaginarme en el mismo espacio con él me da un poco de ansiedad, por muchas razones. La primera: por lo que pasó ayer y lo raro que será verlo a la cara. Segundo: por esa incomoda y sofocante tensión que había en su cuarto. Y última pero no menos importante: porque a fin de cuentas es un chico. Y muy guapo no está de más mencionar.

Después de terminar mí desayuno, el cual se había visto arruinado, lavo los platos como mamá me había pedido. al terminar me voy a la sala a esperar a que Lian llegue. No pasa mucho rato cuando se escucha la bocina de un auto afuera. Y los nervios me atacan.

Bueno Abby actúa como si nada hubiera pasado —razona una voz en mi cabeza— Con un poco de suerte el tampoco tocara el tema de ayer.

Me gustaría creer esas últimas palabras. Pero eso pensé ayer y miren lo que pasó. Quede payasa.

Doy una profunda respiración para calmarme y me dirijo hacia la puerta. Cuando salgo de casa el frio aire me golpea en la cara, causando que me dé un pequeño escalofrió. Frente a esta hay estacionada una muy bonita camioneta plateada.

más que enemigos [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora