30. regalos desastrosos.

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Envolver un regalo es díficil.

Y hacer que se vea presentable tiene un mayor grado de dificultad.

¡PERO LO ES MAS AUN! ¡Cuando un chico de 17 años! ¡Con cabello color caramelo! ¡Y una fascinación por molestar! ¡Está a tu lado diciéndote que te apures!

— ¿Por que estás tan lenta, Abby? —se queja Carter a mi lado por enésima vez.

— ¡Hazlo tú entonces! —hago un ademán de darle el desastre de papel de regalo con cinta adhesiva, pero el niega apresuradamente.

—Tu tranquila tómate tu tiempo.

Y por fin se calla, pero no pasan ni  diez segundos cuando vuelve a hablar:

— ¿No podrías tomarte un tiempo más pequeño?

—Carter, como no te calles te voy a meter papel envoltorio hasta por dónde no te da el sol.

—Oye no te pases, no te metas con mis cositas personales —el me mira con indignación y yo solo rudo mis ojos y vuelvo a centrarme en lo que estoy haciendo.

Y lo peor es que este obsequio ni siquiera es el mío. Es el de Carter, ese que salió a comprar de último momento y que no se había tomado la molestia de decorar porque se le había olvidado hacerlo. Y ahora estoy yo como una estúpida haciéndolo por él.

Pero a pesar de todo, trato de hacer mi mejor esfuerzo, tomando en cuánta las circunstancias, para que se vea lindo, ya que es para Lila y siento que ella se merece lo mejor. Según Carter que fuera para ella fue una de las razones del porque lo compro tan tarde, diciendo que no la conoce muy bien y que no sabía que comprarle; y por eso también estuvo todo el día de ayer llamandome para pedirme ayuda. Pero esa no es una excusa que justifique su irresponsabilidad. Aunque lo que le compro no está para nada mal. El regalo consiste en un vestido rosado precioso y varios maquillajes, cosas que se que le encantarán.

Tiene suerte de que lo que escogió estuviera bien, porque sino me habría encargado yo misma de venderlo a él e ir a comprarle cosas buenas a mi amiga... Y esta vez sí las habría envuelto como Dios manda.

—¡Listo! —anuncio unos minutos más tarde alzando el regalo como si fuera un trofeo que me costó mucho ganar.

—Dejame verlo —el me quita el regalo de las manos con entusiasmo pero su sonrisa se borra al verlo bien— Abby... Este... Es muy... Esto está... Graci... ¿Sabes que? no voy a mentir, está horrible.

— ¡¿Que?! —suelto con indignación al igual que le quitó el regalo de las manos— ay, pero claro que no, no está horrible, solo... —a quien engaño, si está horrible— está bien, si está mal, pero ya no hay tiempo, pongamosle el lazo.

—Eso no hará que se vea mejor —comenta Carter viendo el regalo como si quisiera llorar o como si el simple hecho de verlo lo torturar. No lo culpo hasta yo quiero llorar.

—Puede ser... Pero lo importante es lo que hay dentro. Y el vestido está bellísimo.

—Claro que lo es, podré ser irresponsable pero no pierdo mi buen gusto.

La humildad salió del chat.

Al menos admite que es un irresponsable... Aunque tal vez yo soy una apresurada que tenía su regalo casi una semana antes. Que mas da.

Estoy a punto de poner el lazo de una forma que hiciera que el caos de papel de regalo arrugado se viera decente cuando la bocina del auto de Lian, que ya llevaba como media hora esperándonos abajo, suena haciendo nos sobresaltaramos.

—Ya es tarde, toma esto —le estampo el lazo con fuerza en el pecho y empiezo a recoger mis cosas—. Ya trataremos de mejorarlo en el auto. Vamos.

Con rapidez y torpeza empezamos a bajar las escaleras como podemos, puesto que tenemos un montón de cosas en las manos, hasta salir de la casa. Afuera nos encontramos con la camioneta plateada de Lian y a este que nos ve con curiosidad desde adentro de la camioneta. No tengo idea de cómo le hicimos para salir de la casa y entrar al auto sin que se nos cayera algo, pero, bueno aquí estamos. Milagros de la vida, supongo.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2022 ⏰

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